Cómo Cuidar a un Potro Huérfano
Paso a Paso
Dentro de nada dará comienzo la temporada de nacimientos. Desgraciadamente, de vez en cuando surge alguna complicación y nos falta la madre que cuide del potrillo. En ese caso, tenemos que garantizar que el potro llegue a crecer sano y desarrollar su potencial.
Los potros pueden quedarse sin madre por diversas razones: Durante la gestación o el parto pueden producirse complicaciones que hagan imposible que una yegua críe de forma natural a su potro. En otras ocasiones, lamentablemente, algunos potros pueden quedarse huérfanos debido a la muerte de su madre durante el parto o por las complicaciones que éste pueda presentar. Esto último, suele ocurrir con las yeguas viejas, por la ruptura de sus arterias uterinas.
Otras veces, el responsable de la finca decide quitar a un potro de pocos meses de una yegua vieja, para evitar un estrés de lactancia que pudiera afectar a su fertilidad, o simplemente, porque quieren presentar a la madre en algún concurso de cobras o morfológico. También surge de vez en cuando la circunstancia de que hay yeguas que tienen que ser transportadas a otras fincas lejanas para ser cruzadas de nuevo. Entonces se suele elegir destetar a sus potros antes de tiempo, para que así no tengan que soportar el estrés del viaje.
También puede ocurrir, que la yegua gestante, simplemente, no sea una buena madre y en ocasiones, hasta puede llegar a dañar al potro. En este caso, hay que quitárselo para garantizar su suerte.
El Calostro
Tenemos pocas opciones para el potro huérfano recién nacido. No hay inventos, necesita calostro y leche. Nos costará mucho trabajo pero el potro puede sobrevivir perfectamente.
Es importante que reciba calostro en sus primeras horas de vida. Si no podemos conseguir calostro de la madre o de un banco de calostro de yeguas, hay que utilizar los calostros comerciales en presentación de jeringa o líquido. Es discutible cuanto calostro será absorbido. El sistema digestivo del potro está “abierto” al calostro solamente durante algunas horas justo después del parto. Un potro recién nacido tiene una gran capacidad para absorber anticuerpos del calostro de su madre, esta capacidad disminuye después de sus primeras 24 horas de vida, ya que el intestino delgado es permeable a la proteína durante un breve período de tiempo, generalmente inferior a 36 horas.
Se piensa que los calostros comerciales pueden ayudar a aumentar las defensas, incluso aunque sean suministrados en otros momentos, posteriores a las 36 primeras horas, pero esto no está científicamente probado. Lo que tenemos que tener CLARÍSIMO es que el calostro de la yegua siempre superará con creces a un calostro comercial. Primero tenemos que suministrar (o mejor dejar que tome por si solo) el calostro natural y posteriormente, si creemos que este no era de buena calidad o que no hubo suficiente cantidad, el calostro comercial.
El potro huérfano experimentará mucho estrés independientemente de como sea criado, y es importante que reciba anticuerpos vía calostro durante las primeras horas de su vida.
Las Madres Nodrizas
Si tenemos que cuidar de un potro huérfano, la mejor opción es colocarle una yegua nodriza. Este no es el momento de quedarse parado, ni podemos permitirnos que nos venza la timidez.- Hay que llamar a las asociaciones de cría, buscar a través de los veterinarios y preguntar a los amigos o a quien sea. Se puede utilizar una yegua que haya perdido a su potro o se puede utilizar una yegua que acabe de destetar a un potro de mayor edad.
En este último caso, tenemos que fomentar la nutrición del potro con productos específicos para potros de poca edad. El perfil nutricional de la leche de una madre en su cuarto mes de lactancia es diferente al de una cuyo potro acaba de nacer. Las yeguas producen los niveles más altos de proteínas, lípidos y lactosa inmediatamente después parir. Estos niveles disminuyen durante las semanas y meses siguientes.
La tabla 1 muestra algunas diferencias del contenido nutritivo en relación con las etapas de lactancia.
Tabla 1
(Minerales en (µg/g de leche fluida)
Tiempo |
Proteína % |
Grasa % |
Calcio |
Fósforo |
Potasio |
1-4 semanas |
2,7 |
1,8 |
1.200 |
725 |
700 |
5-8 semanas |
2,2 |
1,7 |
1.000 |
600 |
500 |
9-21 semanas |
1,8 |
1,4 |
800 |
500 |
400 |
El coste para arrendar una yegua nodriza por temporada es generalmente de entre 600 € y 900 €. La mayor preocupación, independientemente del valor del potro, es la calidad y la cantidad de leche recibida por el potro amamantado por una yegua nodriza.
El potro picoteará al lado de su madre (natural o adoptiva) en cuestión de semanas y entonces podremos proporcionar fácilmente los nutrientes mediante un producto comercial. Los piensos para potros normales no valen, pues no pueden ser absorbidos por el tipo de flora intestinal que tiene un potro en sus primeros meses de vida. El uso de productos que no puedan ser absorbidos perjudica la velocidad de crecimiento del potro y si estos piensos no están controlados en su contenido en almidón, pueden aumentar el riesgo de padecer alguna enfermedad de desarrollo óseo. Hay que utilizar productos específicos para potros recién nacidos.
Si no encontramos una yegua que pueda actuar de madre nodriza, se puede utilizar una cabra. La leche es apropiada y el potro se acostumbra enseguida a la menor altura de esta. En ese caso, otra vez más, no viene mal aportar algunos nutrientes con algún pienso para potros huérfanos que asegure que el crecimiento del potro sea el idóneo.
Los Sustitos de la Leche
Si no hay suerte y no podemos encontrar una madre nodriza, tendrá que recibir un sustituto de leche artificial para reemplazar la de su madre. En ese caso, se debe comprar leche en polvo para potros y habrá que mezclarla con agua según las instrucciones. ¡OJO!... Si se mezcla demasiado concentrada, el potro tendrá dificultad en digerir la mezcla. Y además no crecerá a una velocidad correcta.
No hay que dar tomas grandes, sino muchas tomas pequeñas. Si incitamos el crecimiento del potro, engordándolo antes de tiempo, corremos un gran peligro de causar algún problema de crecimiento por exceso de energía en la dieta. Tenemos que estar segurísimos de que el aporte nutricional sea el correcto, pero tenemos que mantener la frialdad y no permitirle engordar más de la cuenta.
Los sustitutos de leche han ido evolucionando y ya no son tan comunes los problemas intestinales como la diarrea o las molestias digestivas. Están formulados para imitar la composición de nutrientes de la leche de la yegua, y muchos tienen un añadido de minerales y vitaminas. Sin embargo, estos sustitutos de leche, sólo serán buenos si son suministrados correctamente. Los problemas intestinales se pueden reducir o evitar, si se controla rigurosamente la higiene, la cantidad y el tiempo de las tomas.
Los potros normalmente se amamantan de la yegua docenas de veces al día e ingieren cantidades relativamente pequeñas de leche durante cada sesión. La vía digestiva de un potro joven es simple y sin desarrollar, pero cuando el potro madura, las exigencias de nutrientes cambian y su vía digestiva madura. Una alimentación a base de grandes cantidades de leche en cada comida, sobre todo en caso de potros muy jóvenes, abrumará la capacidad de la vía digestiva para digerir y absorber los azúcares y las proteínas de la leche y provocará diarrea o el aspecto "panzudo o barrigón" tan a menudo visto en potros alimentados con un sustituto de leche.
El truco para alimentar a caballos jóvenes con un sustituto de leche es dar pequeñas cantidades con frecuencia. Un potro que comienza su alimentación, no debe tomar más de dos litros de sustituto de leche en cada toma. E insistimos en que la leche debe proporcionarse diluida según las instrucciones del fabricante.
Para conseguir unos índices de crecimiento normales en un caballo típico de deporte que pesará unos 500 kilos de mayor, durante el primer mes de vida, sería necesario alimentar con unos 16 litros de leche al día en ocho tomas. Posiblemente, una alimentación con la misma cantidad de leche al día en menos de ocho tomas causaría problemas.
Una observación interesante de un estudio, fue que cada potro alimentado con un sustituto de leche, desarrolló diarrea entre los 7 y los 14 días de vida. No obstante, normalmente, muchos potros lactantes desarrollan diarrea en este mismo periodo. Por lo tanto, las diarreas a esta edad no se deben a un cambio en la composición de la leche materna correspondiente a la aparición del primer celo después del parto, sino que está más bien relacionada con un cambio del pH y la microflora en el sistema intestinal del potro.
Sabemos que algunos potros pueden padecer diarrea. Es imprescindible que el veterinario diagnostique si es debido al ataque de una bacteria o a variaciones o carencias en la flora intestinal. Si es debido a esto último, la diarrea se acabará, generalmente, a los dos o tres días sin pérdida de apetito ni trascurso de fiebre. En este caso un tratamiento a base de prebióticos (la bacteria del ácido láctico) parece reducir la severidad de la diarrea. De todos modos, es imprescindible que un veterinario experimentado vigile el estado del potro huérfano. El podrá diagnosticar la presencia o no de infección y si hace falta algún tratamiento.
A los potros criados con un sustituto de leche, se les debe empezar a dar pequeñas cantidades de pienso de alta calidad a las dos semanas de vida. A los tres meses de vida, cuando ya comen bien su pienso y forraje, se puede ir reduciendo la toma de sustituto de leche a un litro por día, hasta que el potro esté completamente destetado.
Beber de Un Cubo
Al principio, se puede comenzar a dar de mamar al potro con un biberón. Lo más fácil es conseguir biberones de 1 litro. Hay que desinfectarlos y llenarlos varias veces al día. Se pueden dejar preparados en el frigorífico o se pueden preparar en el acto. No hace falta darlos muy calientes. Se pueden templar con un microondas o al baño maría. Al principio, hay que dar los biberones cada dos a tres horas, y ante ese trabajo machacador, hay que mantener un orden práctico. Aunque es preferible montar cada toma con biberones recién llenados y esterilizados, en general, hemos observado una pérdida de higiene si no se llenan todos en un ambiente esterilizado.
Es esencial enseñar al potro a beber la leche de un cubo. Amamantarlo con un biberón es prácticamente inviable, debido al tiempo que nos llevaría al día. Para conseguir que aprenda a beber del cubo, hay que empezar ofreciéndole poca cantidad de leche en un cuenco pequeño y transparente. El potro aprenderá más rápido si su morro toca el fondo del cuenco y su frente está apoyada en “algo” (que simule la panza de su madre; puede ser una mano, por ejemplo). Esto estimula su reflejo de búsqueda de alimento. Con poca cantidad de leche, aprenderá rápido a beber en vez de chupar. Si ponemos demasiada leche, el potro inhalará en vez de beber y puede llegar a causarle una neumonía. Cuando ya sepa beber, le podremos proporcionar leche en un cubo con el consiguiente ahorro de trabajo. No olvidando nunca, el cuidado de la higiene del cubo.
¡Alguien tiene que educar al potro, y no puede ser un humano!
Si realmente queremos tener un potro capaz a desempeñar una vida normal y deportiva, no puede ganar demasiada familiaridad con el ser humano. Tiene que ser un caballo. Es imprescindible que respete nuestro espacio. No podemos jugar con un potro pequeño sin obtener a cambio malísimos resultados cuando sea adulto. Tenemos que controlarnos y no estar constantemente en contacto con él, pero tampoco le podemos dejar completamente solo. Tiene que estar con otros caballos. Es entrañable cuando te pellizcan con tan solo un mesecito; pero es francamente peligroso cuando te muerden o te persiguen en el prado con dos años. Y además, un potro que no respeta al ser humano, tampoco logra concentrarse en su trabajo. El potro huérfano no es un juguete, sino, un animal que en su madurez puede llegar a pesar 600 Kg.
Se puede hacer acompañar al potro de una yegua de buen carácter, aunque no produzca nada de leche, con el único objetivo de socializarlo. La nutrición, si es necesario, se puede gestionar con leche de sustitución, pienso y algo de forraje. Indiscutiblemente será mejor que el potro esté con otros caballos para que pueda aprender modales, claro está, siempre que no corra peligro.
Después de que se haya acostumbrado a tomar su leche en un cubo, los yegüeros con más maña logran insertar al potro huérfano en un grupo de yeguas tranquilas con sus potros. Así se aseguran de que el potro aprenda a comportarse.
La Curva de Crecimiento
En el caso de un potro huérfano, es muy útil usar la curva de crecimiento de su raza. Podremos ver fácilmente si está absorbiendo correctamente los alimentos o si está creciendo demasiado rápido. Es fácil encontrarnos con problemas de crecimiento, si no acertamos con la alimentación y en el caso de los potros huérfanos, no tenemos la ayuda de “mama”. Si vemos que está creciendo demasiado rápido, podemos reducir la cantidad de leche que recibe. Si vemos que no está creciendo con un ritmo correcto, podemos aumentar la toma o añadir algún alimento para ayudarlo. Es cuestión de tener la información, y esta la tendremos si utilizamos su curva de crecimiento.
El reto con un potro huérfano, es asegurar que lo nutrimos correctamente y que lo educamos para poder tener una vida deportiva normal.
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