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Prevenir en vez de curar

Prevenir en vez de curar

Prevenir

Capítulo I – Prevenir en vez de curar

Cuando voy a visitar cuadras, muchos propietarios me comentan que, habiendo visto ya tantos problemas con piensos para caballos, quieren volver a una dieta natural, ya que es obvio que eso tiene que ser mejor.

Yo les respondo que, efectivamente, una dieta natural es muchísima mejor para el sistema intestinal del caballo, pero, hoy en día, es casi imposible proporcionarla. Ellos imaginan que una dieta natural quiere decir mezclas caseras de avena, cebada, maíz y salvado. Sin embargo, una dieta natural para un caballo consiste en dejarlo suelto unas 18 horas al día en una superficie de 40 km2 en los que pueda tener disponible tipos distintos de hierbas frescas, arbustos e incluso árboles. El caballo irá eligiendo lo que más necesita entre todos estos productos; no sólo como fuentes calóricas y de fibra, sino que también  buscarán otras plantas para mejorar su salud y prevenir enfermedades.

Ahora bien, el caballo no podría físicamente, aún en estas condiciones ideales, comer suficiente para aguantar el trabajo o la competición; es más, ni siquiera tendría tiempo para trabajar ya que tendría que pastar todo el día para sustentarse. En cuanto el ser humano quiere trabajar o competir un caballo, la dieta “natural” no es suficiente. Ni el nivel calórico, ni el vitamínico son suficientes para afrontar las necesidades del caballo.

Históricamente los seres humanos hemos proporcionado al caballo otras fuentes de energía para aguantar el trabajo, pero había pocas opciones adecuadas para su sistema digestivo. Se usaba avena, cebada, maíz, remolacha, guisantes y salvado en mezclas. En otras regiones se han dado cosas distintas...en Arabia Saudí, por ejemplo, se dan higos y otros frutos,  lo que se tenía más a mano en cantidad y a un precio razonable, pero el sistema digestivo del caballo es frágil y muchas veces si se equivocaba la ración o la intensidad del trabajo, el caballo podía padecer cólico, laminitis u otro trastorno digestivo.

Otra diferencia enorme entre ahora y antes, es cómo y cuánto trabajamos los caballos. Si un jinete quiere ser miembro de su equipo nacional, tiene que acudir a series de concursos internacionales y clasificatorios que suponen largas temporadas de competición, viajes constantes y cambios de agua y forrajes, cuadras, instalaciones y el ambiente donde vive el caballo. Eso quiere decir que el caballo de competición puede fácilmente estar fuera de su cuadra compitiendo unos 40 fines de semana al año.  El caballo está expuesto a un estrés constante que le pone en riesgo de lesiones y enfermedades. Este aumento de trabajo exige unos cuidados especiales que incluyen dieta, entrenamientos especiales, suplementos y terapias. Ahora bien, para no estresar el sistema digestivo del caballo, es mejor proporcionar estos apoyos de tal manera,  que sean parecidos a los que podría recibir el caballo en la naturaleza.

Es relativamente fácil aumentar el nivel calórico de la dieta del caballo con fuentes de cereales, aceites y fibras especializadas, pero ¿Cómo podemos reemplazar las horas en que el caballo va pastando eligiendo hierbas y plantas que necesita para mantener el equilibrio de su sistema digestivo y mejorar su salud?

Para proporcionar al caballo de competición una dieta apropiada, nosotros usamos una tabla de requisitos nutritivos creada por una entidad llamada NCR. Esta tabla es la base para empezar, pero hay que entender cómo funciona la nutrición en sí. La Sociedad Británica de Nutrición define la palabra “Nutrición”, como “la suma de todos los procesos que van desde coger los nutrientes hasta absorberlos así como su posterior utilización” (BESM 1994). Luego aplicamos lo que sabemos que necesita el sistema digestivo del animal.

Esto quiere decir que cada caballo puede absorber y utilizar nutrientes con más o menos eficacia. Una dieta que es óptima para un caballo puede no servir para otro caballo distinto, ya que sus sistemas no utilizan las calorías proporcionadas de la misma manera.

Por eso, hay que observar su salud, nivel de energía, peso y calidad de pelo, el rendimiento competitivo del caballo, sus debilidades físicas y ajustar la dieta cuando haga falta.

También hay que tener en cuenta que en cuadras grandes, con muchos caballos, hay que desarrollar un sistema de manejo de cuadra que sea capaz de proporcionar distintos piensos según las necesidades de cada caballo. Aunque se puede estandarizar un pienso para la mayoría de la cuadra, en cuanto se exige un alto nivel de competición, el rendimiento del caballo se verá afectado por la calidad y la asimilación de los nutrientes necesarios. Una vez más, en la alta competición, lo que vale para un caballo no garantiza ser apropiado para otros.

Actualmente, los caballos viven en un box y comen lo que les proporcionamos... para bien o para mal. A veces los caballos parecen estar bien pero, cuando les exponemos  a estrés y exigimos altos niveles de trabajo o competición, suelen aparecer los problemas. Pues bien, después de dar de comer correctamente los profesionales saben que hay que apoyar la nutrición equina con los microingredientes, hierbas, trabajos y terapias necesarios para aumentar el rendimiento competitivo del caballo. Si falta una parte, el riesgo de lesiones y problemas aumenta.

Un jinete muy conocido me comentó una vez que estaba cansado de los “potingues” y suplementos, duchas y mantas de calor. Me juró que eran trucos para gastar dinero. Seis meses más tarde, me encontré con él, sentado al lado de su mejor caballo mientras éste se deba una sesión de jacuzzi de agua templada con algas para reforzar los tendones. Cuando le pregunté ¿Qué  pasó con “la vida sin potingues e inventos”? Me dijo que aunque pareciese mentira, los pequeños detalles son la diferencia entre tener un caballo sano para la alta competición o no tenerlo.

Nicholas Larkins (BVSC, DSC, MRCVS) un veterinario equino y bioquímico que actualmente participa en numerosos estudios de tendencias nutricionales, terapias y trabajos, define el estrés como una suma de las reacciones biólogicas  ante un estímulo adverso. Estas reacciones pueden ser físicas, mentales o emocionales, y tienden a desestabilizar el metabolismo del animal. El caballo tiende a resentirse, principalmente, en cuatro partes de su organismo. Puede padecer problemas psicológicos (agresividad, nervios...etc), cardiovasculares, del sistema digestivo o del  sistema músculo-esquelético.

Cuando desestabilizamos el sistema del caballo corremos el riesgo de empeorar su salud. Allí donde esté más débil el caballo, es por donde se va a romper. Si tiene problemas de conformación, le surgirán problemas de tendones o cartílagos. Si tiene una debilidad respiratoria o un problema digestivo, vendrán toses, cólicos, alergias etc...

Hay dos maneras de cuidar la salud del caballo, o previenes, o toca curar. Si sobreviene una enfermedad o lesión hay que tratarlas con una terapia basada en medicamentos y recuperación. Los medicamentos y la recuperación han salvado vidas y han devuelto miles de animales a una vida competitiva.

El otro camino es prevenir y consiste en saber cuándo existe una propensión a desarrollar determinadas patologías; conociéndolo de antemano, si es posible, proporcionar algún apoyo para que nunca surja el problema. Este apoyo puede ser de tipo nutricional, un  ajuste en el nivel de trabajo o en el calendario de competición o someter al caballo a una terapia adecuada. Ese es el camino óptimo para el caballo de competición porque minimiza el tiempo perdido en la vida competitiva del animal por no poder  trabajar o competir. También se deben prevenir los problemas secundarios que surgen cuando el caballo tiene que estar descansando o fuera de trabajo

Se puede aumentar la capacidad de soportar el estrés del trabajo fuerte y competición proporcionando al caballo, el trabajo adecuado, suficiente descanso de calidad, una dieta apropiada y minimizar el estrés asociado con las temporadas de competición. Cuanto más fuerte esté el caballo, mejor puede afrontar su trabajo con éxito disminuyendo el riesgo de lesiones y enfermedades o incluso previniéndolos. Pero hay que vigilar si el caballo, aún comiendo la dieta perfecta, no trabaja correctamente, o si vive en una cuadra mal manejada con polvo o humedad. En estos casos, algo terminará fallando. El jinete o propietario tiene que tener todo controlado.

El problema de muchos trabajos, terapias y suplementos preventivos es que, tanto en el entorno humano como en el mundo equino, no existen estudios científicos suficientemente documentados que prueben taxativamente, que funcionan. Además, como son “preventivos” ¿Cómo se puede llegar a probar que has evitado tener un problema? Hasta que llegue el día en que se hagan estos estudios con más rigurosidad, todos los resultados positivos acerca del uso de estos trabajos o productos son considerados como “anecdóticos”. Aunque también es cierto que, poco a poco, las “anécdotas” se amontonan y se acepta el uso habitual de ciertos productos en el mundo de la competición. Ahora después de años de uso de ciertos productos, se están empezando a buscar los fondos para estudiar los resultados. Tarde o temprano, tendremos la información sobre qué es lo que funciona y qué es “puro cuento”.

En los siguientes meses, vamos a explorar las nuevas tendencias y estudios científicos para mejorar el rendimiento del caballo. Así podremos empezar a barajar las mismas opciones aquí en España que en el resto de Europa.

Escrito por Coby Bolger Spillers España-Horse 1

y Florencia Arrambide- nutrólogo Equino Spillers

Publicado Revista Ecuestre Mayo 2001

Author: Coby BolgerWebsite: http://www.linkedin.com/pub/coby-bolger/1b/871/883Email: This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.
Directora General Horse1 S.L.
About
Coby es nutricionista equina y jinete internacional de Concurso Completo de Equitación habiendo participado en numerosos concursos internacionales en toda Europa. Actualmente trabaja en la investigación y mejora de la nutrición equina e imparte clinics y clases sobre nutrición y entrenamiento.