
¿Qué Valen tus Caballos?
Optimizar la Preparación para Concursos Morfológicos y Subastas
Una yeguada tiene que vender sus animales si quiere sobrevivir a largo plazo. Se puede vender por el éxito que tengamos en las competiciones o en concursos morfológicos, o en caso de un potro, una yegua o un semental, por su conformación o su capacidad de producir un potro interesante.
Tarde o temprano, presentaremos un caballo en un concurso morfológico o a una subasta para estimular las ventas de los animales. Una preparación correcta es clave, ya que los resultados afectarán al prestigio de la yeguada y al precio de venta del animal.
En los concursos morfológicos el caballo tiene que entrar por los ojos. Hay muy poco tiempo y muchos animales, de forma que el más guapo, al que más le brilla el pelo, el de ojos vivos, y un cuerpo llamativo, va a llamar más a la atención de los jueces y el público. El que “no tengan buena pinta”, no logrará un buen resultado, ni naturalmente, se venderá al precio que se espera.
Por tanto será de suma importancia para el ganadero saber qué buscan los jueces en un potro para poder considerarlo excelente y prepararlo de tal manera que alcance estas exigencias.
Hace 15 o 20 años, empezó el lema “lo grande es bello” lideró los concursos morfológicos de manera que los caballos más grandes se vendían mejor que los caballos con mejor genética o mejores resultados competitivos. En la gran mayoría de ocasiones, especialmente en el mercado de PRE, esto sigue determinando la forma de preparar los potros. De hecho, son alimentados desde muy jóvenes con una cantidad de pienso tal que les permita tener un crecimiento rápido y alcanzar una condición física excesiva, llegando incluso a la obesidad en muchas ocasiones.
Los potros gordos, experimentan un estrés enorme en las articulaciones y son más propensos a padecer problemas de crecimiento y desarrollo. Esto puede perjudicar la posibilidad de ser aprobados por el TRC, porque pueden aparecer fallos en sus aplomos como osteocondrosis o epifisitis.
Hay que buscar procedimientos para aumentar el peso del animal sin empujar su crecimiento. Se debe prestar una especial atención a la conformación del animal, que debe aumentar por igual, así como a fortalecer y tonificar su cuerpo, consiguiendo un aspecto redondo pero atlético. Desde luego, está claro que el caballo que se está preparando para un concurso morfológico tiene que ser preparado a conciencia según los requisitos de los jueces si se quiere ganar. No se puede coger un caballo del prado, presentarlo directamente y esperar el éxito.
La nutrición, en combinación con el ejercicio, juega un papel muy importante en la preparación de los potros, sin embargo, no es el único factor a tener en cuenta. Para tener éxito también hay que considerar otros factores como la calidad de los programas de manejo y de salud (programas de vacunación, control de parásitos, etc.), el ejercicio que realiza el potro es muy importante, pero quizá lo más importante sea la dedicación y el trabajo del personal involucrado en hacer la preparación. Y por supuesto, como no, la genética del animal. Otro factor importante es elegir el momento más apropiado. Por ejemplo, un potro tardío o con un desarrollo lento necesita más tiempo para la preparación y a veces no podrá estar listo para los concursos morfológicos hasta cumplir mayor edad. También, si el potro ha nacido tarde, a veces es injusto presentarlo contra potros que tengan más edad. Hay que ser realista y a veces tomar la decisión de esperar al desarrollo natural del animal.
El componente nutricional de la preparación, que empieza normalmente durante el tercer o cuarto mes antes de la presentación es algo diferente a una dieta estrictamente equilibrada para potenciar el crecimiento. Hay que ponerlos redondos para el concurso, así que hay que aumentar las calorías.
Reglas básicas de alimentación
Cuando hablamos de nutrición equina de caballos en crecimiento, hay que tener presente la enfermedad denominada EOD (Enfermedades Ortopédicas de Desarrollo). Actualmente, este término engloba una serie de dolencias que pueden perjudicar el desarrollo de los potros, como son la Fisitis, Osteocondrosis etc... Se sabe que los programas alimenticios incorrectos, pueden provocar o empeorar alguno de estos problemas en los caballos en crecimiento, particularmente en los caballos que son “incitados” hacia un crecimiento más rápido. Específicamente, se ha demostrado que estos problemas suelen surgir entre el cuarto y doceavo mes de edad, durante el período de más rápido crecimiento del caballo. La preparación de un potro de menos de 18 meses, para la participación en concursos morfológicos puede causar o complicar el riesgo de padecer estas enfermedades. Se está notando cierta tendencia en los ganaderos enfocados en producir caballos de deporte de NO PRESENTAR a los potros por debajo de 24 meses de edad, para asegurarse de no causar ningún problema de crecimiento por una alimentación con demasiado aporte energético.
No hay ningún programa de alimentación que pueda utilizarse de forma general para todos los potros y caballos y garantice el éxito. Aquí un ojo experimentado para juzgar los requisitos de cada caballo es imprescindible. Además, hay que tratar a cada caballo de forma individual, prestando especial atención al diseño y puesta en práctica del programa de alimentación. Por ejemplo, un potro de 15 meses puede requerir entre 4 a 5 Kg. al día de pienso hasta alcanzar el nivel deseado de condición física, sin embargo, este mismo programa de alimentación puede resultar desastroso para otro potro. Se debe tener en cuenta la edad del caballo, el tamaño de su esqueleto y su condición corporal, si hace falta que gane más o menos peso y/o masa muscular, así como la disponibilidad y calidad del forraje.
Es muy importante que el programa de alimentación para cada caballo sea reevaluado cada dos semanas durante el período de preparación intensiva. Cuando los caballos comienzan un programa de ejercicios, a menudo requieren una “puesta a punto” para conseguir un aspecto excelente. Es fácil alimentar al caballo por encima o por debajo de lo correcto en estas circunstancias.
Empezar con forraje
El forraje debe ser el centro del programa de alimentación para todos los caballos. Gran parte del forraje ingerido, corresponde a la cantidad de pasto que toma el animal, que depende directamente de la cantidad y densidad de pasto disponible en la yeguada. El pasto suele alcanzar una gran extensión cuando las lluvias de primavera y verano son abundantes, aunque algunas yeguadas tienen poco o ningún pasto y se ven obligadas a preparar a sus potros utilizando heno, alfalfa y/o paja. Otra consideración a tener en cuenta es el tiempo que permanecen sueltos en el pasto. Cuando comienza la preparación, normalmente se disminuye el tiempo que permanecen pastando para prevenir los daños del sol (aclaración del pelo, etc.). Por lo tanto, en este momento necesitarán un añadido de heno o sustituto de heno en su dieta. Los programas más restringidos y con un acceso más limitado al pasto, tienen la ventaja de que facilitan la individualización de los programas de alimentación, al poder controlar mejor la cantidad de forraje por cabeza.
El tipo de forraje elegido, dependerá de lo que está disponible en la región y de la condición del potro. Si el principal objetivo es que el potro gane condición física, lo mejor es proporcionar un forraje de alta calidad. El forraje de alta calidad es el heno que se corta joven, ya que tiene un contenido más alto de energía y proteínas y un contenido inferior de lignina (parte no digerible), que el forraje más maduro. Esto tiene dos consecuencias considerables. En primer lugar, un contenido alto en energía significa que es necesario reducir la cantidad de cereales o concentrado de cereales para satisfacer las necesidades del caballo. Por ejemplo, el heno de alfalfa de buena calidad tiene 1,2 Mcal de energía digerible (ED) por cada 500 gramos, mientras que el heno de prado tiene 0,6 Mcal de energía digerible (ED) por cada 500 gramos. En segundo lugar, si el heno proporcionado es de alta calidad y tiene un bajo contenido en lignina, es menos probable que el caballo desarrolle el aspecto “panzudo” tan habitual en animales alimentados a base de henos maduros o paja.
La alfalfa es un alimento con un alto contenido en proteínas y no debe ser utilizada como fuente única de forraje. Es mejor mezclarla con otros tipos de forraje como su pasto habitual, heno de prado o paja.
Algunos potros pueden llegar a engordar demasiado cuando son alimentados con heno cortado muy joven. Esto les ocurre especialmente a las potras, porque tienden a engordar más rápido que los potros.
Y Después - Algo de Pienso
Cuando tenemos que elegir los cereales o el pienso para alimentar a un potro que va a ser presentado, es muy importante evaluar todos los nutrientes suministrados por la dieta total, esto debe incluir todo lo que va a consumir el caballo incluyendo el forraje y pasto, no sólo el porcentaje de proteína cruda del pienso (que suele ser lo habitual). Se empieza con una dieta correcta y después se ajusta según donde tengamos que llegar con ese potro en particular.
Los potros de un año, necesitan, en general, entre un 13% y un 14% de proteínas totales en su dieta y cantidades adecuadas de macro y micro-minerales, grasas y vitaminas hidrosolubles. Luego si tienen que engordar, aumentar masa muscular o apoyar su desarrollo en general, hay que manipular el equilibrio de nutrientes, especialmente las fuentes de proteínas y los aminoácidos esenciales. No es cuestión de aumentar solamente el nivel de energía.
La avena o combinaciones de avena y cebada pueden ser una buena base para la alimentación del caballo, pero hay que recordar que no existe avena ni cebada que tenga un nivel adecuado de proteínas, aminoácidos, calcio, cobre, zinc o magnesio, ni de vitaminas A ni D. Así que, si utiliza la avena como base en la dieta hay que equilibrarla con un corrector específico para cereales en la cantidad adecuada según el forraje que se utilice.
El uso de piensos diseñados para caballos en crecimiento también puede ser un buen acompañante a un forraje de calidad. Estos alimentos están formulados teniendo en cuenta la cantidad y el tipo de forraje que va a ser consumido por el caballo. De acuerdo con esto, el concentrado es formulado para incluir la cantidad suficiente de nutrientes esenciales (selenio, calcio, etc.), para que cuando se administre heno y/o pasto todas las necesidades de nutrientes se encuentren satisfechas.
La cantidad de pienso a proporcionar, dependerá de la condición corporal del caballo, la cantidad de ejercicio que realice y la disponibilidad del pasto. Para aumentar la condición corporal del caballo, hay que dar más energía que la necesaria para cubrir los requisitos nutricionales usuales. Así ganará algo de peso.
En general, la mayoría de los potros de un año preparados para la venta, reciben entre 3 Kg. a 5 Kg. de pienso al día, durante unos 60 – 90 días antes de la venta. A los potros se les suele dar más cantidad que a las potras, ya que necesitan más cantidad de alimento para conseguir un nivel similar de forma física.
Alimentación con grasas
Otra consideración a tener en cuenta es la composición del pienso.
Tradicionalmente hemos alimentado con mucho grano a los caballos más jóvenes (los granos de cereales tienen entre un 50 – 70% de almidón). Sin embargo, una cantidad excesiva de almidón en la dieta puede resultar problemática, ya que debido a las alteraciones que produce en de la flora bacteriana del intestino, aumenta el riesgo de padecer cólico o laminitis. Además, está ampliamente probado que altos niveles de almidón en la dieta involucran problemas de crecimiento.
Una manera más segura de aumentar el nivel calórico y almacenarlo, es alimentar con grasas y fibras altamente energéticas, (por ejemplo, pulpa de remolacha, alfalfa y soja), junto con forrajes de alta calidad. Pero si quiere utilizar la pulpa de remolacha hace falta un manejo de cuadra muy fiable. Hay que remojarlo en agua lo suficiente para que se deshaga, pero si se deja demasiado tiempo, fermentará y podrá causar trastornos intestinales.
Casi todos los caballos preparados para la venta reciben un añadido de grasa en su dieta, esto es beneficioso, principalmente por tres motivos:
- En primer lugar, aumenta de manera segura el contenido de energía en la dieta y esto es necesario cuando el objetivo final es aumentar de peso.
- En segundo lugar, el uso de aceite disminuye la cantidad de almidón a ingerir porque se puede reducir la cantidad de grano en la dieta.
- Y por último mejora el brillo del pelo.
Los ácidos grasos esenciales (linoléico y alfalinoléico) se encuentran en ciertos aceites vegetales (soja, maíz, canola o aceites de semilla de lino) y parecen jugar un papel importante en la mejora del pelo.
Como alternativa, también se puede añadir grasa directamente sobre la dieta base, entre unos 50 y 100 gramos de aceite vegetal al día, lo que puede producir una notable mejora en el aspecto del pelo en unas pocas semanas. Por lo tanto, si se lleva a cabo un cuidado intensivo, el aceite vegetal tendrá un efecto beneficioso en el pelo del caballo, haciendo que esté más brillante en el momento de la venta.
Los piensos con grasas y fibra que están actualmente en el mercado, contienen entre el 8 y el 10% de grasa (a veces incluso más) y entre el 10 y el 15 % de pulpa de remolacha u otra fibra fermentable como cáscaras de semilla de soja.
Aparte de cuidar la composición del pienso, todos los cambios en la dieta deben realizarse de forma gradual para prevenir problemas digestivos como diarrea o cólicos. Cuando se aumenta la cantidad de pienso para ganar peso, se debe realizar un plan de transición de entre 10 días a dos semanas, durante el cual se tiene que ir aumentando progresivamente la cantidad de alimento. También se puede aumentar el número de comidas diarias, llegando a administrar 3 ó más comidas de pienso. Una toma de pienso nunca debe superar los 2,5 kilos.
Músculo, no Grasa
Aunque el objetivo de este artículo no es detallar las distintas formas de entrenamiento durante la preparación, cabe decir que este es un factor muy importante para conseguir un buen aspecto en el momento de la presentación.
Los caballos que ingieren mucha cantidad de alimento y por lo tanto calorías, y no realizan un ejercicio regular o diario, tenderán a ganar peso en forma de grasa, pero no en forma de músculo. Por lo tanto, para conseguir unos buenos resultados en concursos morfológicos, además de llevar a cabo un programa de alimentación, es necesario hacer un programa de trabajo o ejercicio también con cierto grado de individualización.
Durante la fase de preparación, es también necesario acompañar al trabajo y la buena nutrición con la preparación de la cola y crines, y proteger al caballo del sol, conviene utilizar champús y acondicionadores especializados según el color de su capa etc. Si hace frió, o si no se ha caído totalmente el pelo de invierno, puede que venga bien utilizar una manta. También, si el morfológico cae en época de frió, viene bien utilizar una manta antes de tiempo para retrasar el crecimiento del pelo. Si hace falta esquilar, es mejor hacerlo cuanto antes, ya que es difícil hacer que a un caballo esquilado tenga un pelo brillante. Pero lo que de verdad es la clave, para que brille, es la energía detrás de la rasqueta, ya que esto estimula el riego sanguíneo al pelo, quita el pelo muerto y crea un brillo sin igual.
En resumen, si preparamos al caballo con suficiente tiempo, proporcionando una nutrición adecuada y un entrenamiento correcto conseguiremos mejores resultados en concursos morfológicos y precios de venta más altos.
Escrito por:
Coby Bolger www.HORSE1.es Centro de Nutrición Equina