Lo que cada jinete debe saber
Forraje
El caballo, por su naturaleza, es un animal que necesita espacios abiertos para poder pastar, ingiriendo constantemente pequeñas cantidades de hierba y plantas fibrosas. Por lo tanto, la naturaleza del sistema digestivo del caballo requiere que tome por lo menos un 50% del total de su dieta en fibra de algún tipo. El forraje es una fuente de fibra fundamental para la salud digestiva del caballo, bien sea hierba, heno con algo de alfalfa, etc.
Los caballos salvajes, que pasan la mayor parte de su tiempo sueltos en el prado, tienen acceso a una gran variedad de hierbas y otras plantas y además mantienen una buena condición física, ya que tienen la posibilidad de hacer ejercicio y relacionarse con otros caballos. De esta manera, los caballos que pastan desarrollan menos los típicos hábitos causados por estrés que los caballos que viven estabulados (como por ejemplo: hacer el baile del oso, o tragar aire).
Cuando no pueden pastar debido al espacio disponible o a la estación del año, los caballos deben recibir heno para cubrir sus exigencias de fibra. El heno está dividido generalmente en dos categorías: hierba de prado y leguminoso. El heno de hierba puede estar hecho de hierba azul ( Poa pratensis L ), pasto ovillo ( Dactylis glomerata L ), grama ( Cynodon dactylon ), heno de fleo ( Phleum pratense ) o una combinación de este y otras hierbas. El heno leguminoso es normalmente alfalfa o trébol. También existe heno mixto, como por ejemplo el que contiene alfalfa y heno de fleo. El heno leguminoso aporta más proteína, calcio, y nutrientes que el heno de hierba.
La cuestión es elegir el tipo de forraje o una mezcla de forrajes que esta fácilmente disponible, que se consigue a un coste razonable y que es el apropiado para el tipo de caballo. Hay determinados caballos como los que realizan un trabajo ligero, que no necesitan alfalfa, porque están en buena condición alimentándose sólo con heno de hierba. Las yeguas lactantes, sin embargo, pueden consumir algo de alfalfa sin problema. Les viene muy bien para la producción de leche. Pero, hay otros tipos de caballos, como los caballos de carreras y RAID, en los que el nivel de proteínas y calcio en la alfalfa debe estar cuidadosamente equilibrado con el resto de la dieta, ya que el rendimiento del caballo puede verse perjudico por un exceso en estos nutrientes. En general, nunca se conseja utilizar solo alfalfa en una dieta ya que sobrepasa los requisitos de proteínas en la ración.
En todos los casos, el heno que se utiliza debe estar en buenas condiciones, es decir que tenga un color verde, un olor agradable, esté libre de malezas y tenga muchas hojas y pocos tallos. Si las plantas se siegan cuando están muy maduras, el heno tendrá una alta proporción de tallos, que son más difíciles de digerir y menos nutritivos que las hojas. Además, el heno es un producto que debe tratarse con gran cuidado, almacenándose en un lugar seco, protegido del sol, del polvo y de posibles roedores. Antes de alimentar al caballo, se recomienda abrir los embalajes para chequear la calidad del contenido. El heno polvoriento o mohoso podría ocasionar severos problemas al caballo.
La cantidad de heno que debe recibir cada caballo, depende del tamaño del animal, su metabolismo y la cantidad de trabajo que realice. Hay que comenzar alimentando al caballo con una cantidad de heno de entre el 1 % y el 2,5 % de su peso corporal (por ejemplo: entre 4,5 Kg . y 11.25 Kg . al día para un caballo de aproximadamente 450 Kg . de peso). Si hace falta será necesario añadir algo de cereal o pienso dependiendo de su nivel de trabajo, pero en general, hay que utilizar el forraje como la base de la dieta y añadir solamente el pienso necesario para mantener el peso del caballo y llegar al nivel de nutrientes correcto.
Ejemplos de Proporción de Forraje y Pienso
En Porcentajes según Peso
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Trabajo ligero a medio |
Trabajo medio |
Trabajo Fuerte |
% Forraje |
70-100% |
60-70% |
50-60% |
% Pienso |
0-30% |
30-40% |
40-50% |
En Kilos para un caballo de 500 Kg .
Caballo de 500 kg . |
Trabajo ligero a medio |
Trabajo medio |
Trabajo Fuerte |
Forraje en Kg. |
7 a 10 Kg . |
6 a 7 Kg . |
5 a 6 Kg . |
Pienso en Kg. |
0 a 3 Kg . |
3 a 4 Kg . |
4 a 5 Kg . |
Durante los meses de invierno, la fermentación del heno en el intestino grueso es una de las principales fuentes de calor para el caballo, por ello, se debe aumentar la cantidad de heno en los meses fríos; por cada grado que descienda la temperatura del ambiente habrá que aumentar la energía proporcionada en un 1% para mantener una temperatura corporal correcta, esto significa aproximadamente 900 gramos más de heno en la alimentación por cada 10º que descienda la temperatura ambiente por debajo de la temperatura crítica del cuerpo. Esta temperatura crítica no es igual para todos los caballos, por ejemplo, los que tienen una capa gruesa y están en buena condición, pueden mantenerse calientes incluso cuando la temperatura desciende considerablemente. Mientras que los caballos viejos y delgados en un día lluvioso o ventoso pueden llegar a enfriarse con 12º Cº que sería en concreto su temperatura crítica, los caballos de mediana edad con una condición normal pueden tener una temperatura crítica corporal de alrededor de 10º Cº si tienen el pelo corto y fino o no están adaptados al frío. La mayoría de los caballos con pelo largo y grueso y que hayan sido adaptados a las bajas temperaturas durante un período de entre 10 a 21 días pueden tener una temperatura crítica corporal incluso tan baja como 2º C. Mientras que los potros tienen una temperatura crítica de alrededor de 0º C. Lo ideal es que el caballo reciba el mismo tipo de heno cada día, lo cual no es posible en algunas ocasiones. Si hay alguna variación en cuanto al tipo de heno proporcionado, los cambios deben hacerse gradualmente, mezclando algo del nuevo heno con el viejo durante varios días antes de alimentar exclusivamente con el nuevo.
Piensos y Cereales
Las dietas de los caballos suelen incluir piensos por dos razones: Son ricos en nutrientes y aportan energía. Hay muchos caballos que mantienen su condición alimentándose únicamente con heno o pasto, mientras otros caballos en entrenamiento, cría, competición, trabajo duro, concurso morfológico, etc., necesitan algún tipo de cereal o pienso en su dieta para ingerir calorías adicionales y mantener su peso .
Los cereales enteros (avena, cebada, maíz), son muy apetitosos y además son también los tradicionalmente utilizados en la dieta del caballo. Sin embargo estos cereales no son siempre eficazmente digestibles, son muy altos en almidón y no contienen la proporción de calcio y fósforo correcta ni los aminoácidos esenciales, vitaminas y minerales necesarios para apoyar la gestación de las yeguas, el crecimiento del potro ni el mantenimiento de los tejidos maduros en los caballos en trabajo.
Hay que apuntar que la avena es fácilmente digestible en estado crudo pero la cebada, maíz, habas y guisantes realmente no pueden ser absorbidos si no están cocidos y manipulados de alguna manera. La mejor absorción con maíz y cebada se consigue si se micronizan o se hacen copos.
Así pues, casi siempre hay que añadir algún producto que haya sido formulado para satisfacer las necesidades de nutrientes según la situación del caballo. Hay añadidos que se pueden dar en conjunto con el forraje sólo y luego hay otros productos que están diseñados para acompañar a una dieta base de avena u otro cereal.
Hay que fijarse en como ha sido formulado el producto para saber cual es su correcta utilización. En España, por ley, es obligatorio poner en la etiqueta del saco cual es la ración recomendada. Si dice “Proporcionar un 1% del peso corporal del caballo en conjunto con forraje” quiere decir que si se mezcla con otros cereales, puede desequilibrar la ración. Si pone “Proporcionar en conjunto con forraje y cereales” el producto tiene un aporte nutricional que cubre los nutrientes que faltan en la avena y la cebada.
Siguiendo esas pautas de alimentación, se consigue la nutrición adecuada para cada tipo de caballo, dependiendo de su edad, etapa de crecimiento y nivel de trabajo. No obstante, aunque existan pautas de alimentación, hay que tratar a cada caballo de manera individual de acuerdo a su gusto, temperamento y metabolismo. No hay que olvidar, que una dieta perfectamente elaborada para un caballo puede no satisfacer las necesidades de su compañero de cuadra. Los caballos que tienden a quedarse delgados, pueden necesitar más cantidad de pienso o un pienso diferente para mantener una buena condición física. Además, hay piensos que contienen pulpa de remolacha o cáscaras de soja, llamadas súper fibras, que contienen fibra sumamente digestible y una cantidad de energía equivalente a la avena o la cebada, pero con menos almidón. También el aceite de maíz, salvado de arroz y otros productos con grasa, aumentan la densidad calórica de la dieta del caballo.
Los caballos que ganan peso fácilmente, no necesitan calorías adicionales a base de piensos, pero sí requieren vitaminas y minerales que el pasto por sí sólo no proporciona. Para estos caballos, existen suplementos bajos en calorías que proporcionan únicamente los nutrientes necesarios para completar la dieta.
El pienso debe almacenarse en un lugar fresco, seco y aislado de posibles insectos y roedores. Además, sea cual sea el lugar donde se almacene, hay que asegurar que no está al alcance del caballo, ya que una sobrealimentación a base de pienso, casi siempre produce enfermedades que pueden poner en peligro la vida del caballo, como el cólico y la Laminitis.
Cuando alimentamos a un caballo con piensos, hay que tener en cuenta las siguientes reglas básicas:
• Proporcionar suficiente forraje y dejar al caballo picoteando durante todo el día si es posible
• Proporcionar suficiente agua limpia con un bebedero que le permita beber “a fondo” cuando tenga sed
• No alimentar con una cantidad superior a 2,5 Kg . de pienso en una sola toma. Al mismo tiempo, es recomendable dar pequeñas cantidades repartidas a lo largo del día, en vez de grandes cantidades.
• Proporcionar el alimento por su peso, no por su volumen. Por ejemplo, una medida de pienso de granulado puede pesar más que una en forma de mezcla, de esta manera un caballo que toma " tres medida " de comida puede recibir más o menos que la cantidad óptima. Por lo tanto, compruebe las pautas de alimentación de los piensos y use una báscula para calcular la cantidad correcta.
• Si es posible, hay que alimentar al caballo todos los días a la misma hora.
• Cualquier cambio de pienso o cantidad, debe hacerse gradualmente durante un período de entre 5 y 10 días. Empezar mezclando una pequeña cantidad del nuevo pienso en la ración antigua, incrementando gradualmente la cantidad del nuevo pienso y disminuyendo la cantidad del antiguo hasta que el cambio se haya realizado por completo. Esta práctica permite que el sistema intestinal del caballo se adapte al nuevo alimento, minimizando el riesgo de padecer cólicos u otros trastornos digestivos.
Otras consideraciones
Además de seguir las pautas básicas de alimentación, hay que prestar atención a los siguientes puntos, que aseguran una correcta alimentación del caballo:
• Determinar la condición física del caballo. Por ejemplo, si un caballo está en su peso ideal, sus costillas se sienten al presionar moderadamente con el dedo, pero no se ven fácilmente. En caso de un caballo con sobrepeso, sus costillas no se sienten al tacto y en caso de caballos delgados, sus costillas son fácilmente visibles.
• Determinar si es necesario algún ajuste de peso, y en base a eso incrementar o disminuir el pasto, heno y cereales para llevar a cabo un cambio gradual. Incluso si el peso del caballo es correcto, se recomienda utilizar una cinta métrica para calcular su peso, marcando un peso tope para cada caballo. Esta práctica permite a los propietarios controlar los cambios de peso de los caballos.
• Asegurar que el caballo tiene acceso a agua limpia durante todo el día, excepto justo después de terminar un ejercicio fuerte.
• Realizar exámenes dentales periódicos y programas de control antiparasitarios para evitar posibles gusanos u otros parásitos internos.
De esta manera, aseguraremos que el caballo recibe el máximo beneficio del programa de nutrición.
Escrito por:
Coby Bolger - H orse 1 - Centro de Nutrición Equina www.HORSE1.es
Publicado en la revista El Mundo del Caballo en Noviembre de 2006