El caballo llegó y no podía bajar la rampa del camión. Lo llevamos a una cuadra apartada de los demás caballos hasta poder asegurar que no tenía parásitos ni ninguna enfermedad que pudiera ser contagiada a los otros caballos de la finca. Le dimos algo de agua y heno, y en cuanto han tomado agua, una dosis de electrolitos. El caballo estaba tan deshidratado que le costaba tragar. El primer paso es llamar al veterinario. El caballo desnutrido es un reto porque sus órganos dejan de funcionar. El proceso hacia la mejoría es lento y complejo. No es cuestión de amontonar heno y pienso en su box.
¿Por qué se puede desnutrir un caballo?
A veces, la causa es simplemente la ignorancia. Hay personas que compran un caballo como podrían comprar una planta, con un desconocimiento total de lo que significa tener a este animal. Hemos visto caballos sueltos en una parcela, solos, que mueren cuando se les estropea o congela el bebedero automático. Hay personas que creen que se puede poner una montaña de pienso el domingo por la noche y que el caballo puede aguantar hasta que ellos vuelvan el siguiente fin de semana.
Otro problema, ahora común, es que, por causa de los difíciles tiempos económicos que estamos pasando, se ha paralizado el mercado de ventas de caballos. En algunos casos, no se pueden ni regalar. Casos de caballos abandonados a su suerte son cada vez más comunes y hay pocos organismos y leyes que permitan el retiro de animales para cuidar de ellos. Aunque la infraestructura de protección animal ha mejorado en España, la gran mayoría de entidades están enfocadas a salvar perros. No tienen instalaciones para caballos y tampoco tienen los conocimientos necesarios para cuidar de ellos. En algunos casos, jinetes privados rescatan caballos simplemente comprándolos por un precio bajo al propietario. Esto puede resultar legalmente complicado, ya que muchos tratantes a los dos días vuelven a poner otro de reclamo.
Cuando llega un caballo desnutrido a una finca, el primer paso es recordar a su organismo como digerir la comida. Cuando empieza a comer otra vez, el hígado y los riñones empiezan a funcionar. Hay que acomodar al caballo en su box y que tenga agua a su disposición.
Hay que saber la cantidad de agua que toma, nada de bebederos automáticos durante la primera semana por lo menos. Después hay que dar unos kilitos de heno suave y quizá la minima cantidad de pienso para tratamiento veterinario o pienso para caballo mayor. También es importante a la vez que el pienso, probióticos para ayudar re-establecer la flora intestinal. Luego, hay que cruzar los dedos porque en muchas ocasiones, los caballos no son capaces de recuperarse de la desnutrición, hagas lo que hagas.
Estos caballos no solamente están delgados, sino que normalmente traen otras consecuencias de la falta de cuidados. Es común que lleguen con tos, mocos, problemas respiratorios, neumonía y con su sistema inmunológico deprimido. Además, si no han recibido pienso, lo normal es que tampoco estén desparasitados ni limpios. Infestaciones de pulgas, garrapatas, piojos u otros parásitos externos son comunes. Hay que empezar de cero.
El veterinario empezará con un análisis de sangre para asegurarse de que la delgadez que sufre el caballo no está causada por ninguna enfermedad. Inmediatamente después hay que arreglar sus dientes y tras su visita siempre un pienso caliente y heno remojado. La falta de comida, la enfermedad crónica, o un problema en algún órgano, pueden interrumpir la absorción de nutrientes y causar una delgadez extrema. Si tiene algún tipo de infección y tiene que recibir un tratamiento con antibióticos, estos ralentizarán la creación de la flora intestinal necesaria para absorber nutrientes, y esto se tiene que tener en cuenta cuando se formula la ración. El veterinario también mirará como están sus dientes y si tiene parásitos internos o externos. Es usual que el caballo padezca anemia, y se va recuperando con una dieta normal y quizá, si hace falta, un tratamiento con un complejo vitamínico recetado por el veterinario. Además, si tiene mocos o tos, el veterinario cogerá una muestra de las vías respiratorias para asegurarse de que el caballo no tiene una infección de Streptococcus equi , la bacteria que causa paperas, que es tremendamente contagioso.
En las primeras semanas, hay que hacer de todo para ayudar al caballo a sobrevivir. No puede pasar frío. Tiene que comer muchos poquitos de forrajes y piensos muy digestibles y suaves (los piensos para caballos mayores son apropiados) para establecer la flora intestinal y empezar los procesos de absorción de nutrientes. Se puede desparasitar al caballo cuando ves que todo va bien, pero es un proceso muy lento en el que hay que ir poco a poco. Hay que mirar los dientes, pero no al principio. Arreglar los dientes es estresante y tenemos que mejorar un poco su salud antes de someterle a procedimientos que pueden resultar ser difíciles. También si empiezan a masticar con eficacia, después de la desnutrición, puede verse afectado el sistema digestivo. Poco a poco es la clave para el éxito. El caballo tiene que entrar en una rutina antes de resolver todos los problemas. En las primeras semanas, hay un riesgo enorme de cólicos y laminitis por exceso de nutrición.
El herraje del caballo es importante. Los caballos llegan con unos cascos que apenas les permiten andar. Un gran cambio de ángulos puede estresar los tendones así que hay que limitar el movimiento del caballo si la corrección del herrador ha sido importante. En algunos casos, el herrador tardará varias sesiones en arreglar los cascos si están muy deteriorados.
Aunque los caballos desnutridos suelen tener poca energía, pueden estar muy desconfiados con el ser humano. Al principio hay que tener cuidado con las coces y mordiscos. El caballo también puede reaccionar mal cuando alguien entra en su territorio, especialmente cuando está comiendo. No es el momento de fiarse. Es el momento de manejar el caballo con cautela. No se debe soltarlo con otros caballos y comprobar que no coma arena o la cama. Algunos quedan con esa manía de por vida. Si hace falta, hay que utilizar un bozal.
Existe la tendencia, con estos caballos desnutridos, de darlos muchísimo de comer para engordarlos cuanto antes. Esto es un camino rápido hacia la colitis, los cólicos, la diarrea, la laminitis etc. Se puede morir el caballo por las buenas intenciones de su nuevo dueño. El paralelo sería coger una persona desnutrida y darla una buena cena con filetones de buey. No se puede hacer.
Cuando se empieza a dar de comer a un caballo desnutrido, una dieta aceptable podría ser un heno de prado suave (con un nivel proteínico de un 8-10%) a discreción. Es mejor mojar el heno durante 20 minutos porque así no entrarán las esporas en el sistema respiratorio y además hace que baje el nivel de azúcar en el heno. No queremos mucho azúcar al principio porque puede causar trastornos digestivos.
Además del heno se le puede dar un pienso muy suave de tipo tratamiento veterinario. Debe tener un nivel proteínico de no más de 10% y tampoco debe tener un nivel de almidón por encima de 10%. Se puede añadir pequeñas cantidades de probióticos (a veces presentes en el mismo pienso) para pegar un empujón a la flora intestinal. Cuantas más pequeñas tomas reciba el caballo, mejor. Así podemos estar seguros de que el estómago deshace los alimentos con eficacia y prevenimos la aparición de úlceras. Si el caballo recibe 5 tomas de pienso (cada una de 600 gramos por ejemplo, y picotea heno todo el día, vamos bastante bien. Cuando vemos que el caballo ya empieza absorber bien y vemos que las cosas van por buen camino, podemos añadir un suplemento de Omega 3 para ayudar a los procesos metabólicos.
Cuando las cosas van bien, los cambios se notan en un mes aproximadamente. Enfermedades crónicas como la neumonía tienen la solución más a largo plazo, pero ya no corre tanto riesgo la vida del caballo. A veces hay que insistir con diferentes tipos de tratamientos.
El caballo puede morir en las primeras semanas pero cuando empieza a absorber correctamente, la posibilidad de supervivencia es mayor.
Después de unos 6-8 meses, el caballo ganará fuerza y ganas. Puede salir y hacer incluso vida normal. El trabajo, la vuelta al pasto y a la manada, la cría. Estos caballos vuelven a la normalidad.
Obviamente, todos estos cuidados tienen un coste. Aunque en muchísimas ocasiones los veterinarios reducen sus honorarios o incluso donan su tiempo a los albergues, el precio de los medicamentos y cuidados especiales pueden llegar a ser muy costoso. Pero la situación económica está produciendo situaciones extremas, particulares que tienen fincas a veces hacen un hueco para recoger a uno de estos animales. Siempre hay sitio para por lo menos uno. Pero hay que aceptar el reto sabiendo que es posible que el caballo, incluso después de estar fuera de peligro, pueda quedarse cojo o tener otros problemas. No hay garantías con este tipo de casos. Cuando se rescata un caballo, lo que no se paga en el precio de compra, en muchas ocasiones se paga luego en el coste de cuidar de él. Sin embargo, la satisfacción de ver a un animal volver a la normalidad es algo que no tiene precio.
El caballo empezará a revivir y saldrá a relucir su verdadero carácter.. El caballo puede haber sido maltratado y puede sorprenderte con un comportamiento agresivo. Miedo cuando se le pone la manta, la cabezada o la montura puede ser habitual, así que hay que tomarse todo con calma. Sin embargo, cuando conocen a la persona, y si todo va paso a paso, en muchas ocasiones, llegan a ser caballos que aceptan todo tipo de manejo con aplomo. Incluso el esquilado y manejo de cascos son eventos que afrontan con tranquilidad. Los caballos que han sido salvados son, en muchas ocasiones, los más agradecidos.
Los Pasos a Seguir si Decides Rescatar a un Caballo
- Ponerlo en conocimiento de las autoridades. Incluso si es una cesión, la documentación debe estar en regla para evitar reclamaciones.
- Llama a tu veterinarioy su dentista para que haga un chequeo completo: Con un diagnóstico que incluya análisis de sangre y cultivos del sistema respiratorio, puedes tener una idea de los problemas que habrá que afrontar así como cuanto puede tardar y costar el resolverlos.
- Hablar con el nutrólogo que trabaja a los órdenes del veterinario: Se debe coger una referencia de peso y condición corporal para recomendar una ración correcta. El veterinario avisará al nutrologo si está dando un tratamiento que pueda afectar a la dieta. Los caballos pueden llegar delgados, pero a veces, llegan gordos aunque enfermos por falta de calidad de nutrientes. Estos caballos tiene un riesgo muy alto de padecer laminitis o cólicos.
- Mirar otros problemas relacionados con la salud y el bienestar del caballo: Si el caballo sufre dolor o tiene una enfermedad que no se puede resolver, hay que decidir lo mejor para él. A veces, y tristemente, la opción mejor para el caballo es finalizar su sufrimiento y sacrificarlo.
- Tener una idea de cuanto puede costar su tratamiento: Tenemos que conocer lo que va a suponer económicamente el tratamiento del caballo. Algunos caballos solo necesitan los cuidados mínimos para volver a la normalidad. Les proporcionas una dieta correcta, un herraje, cuidas de los dientes y el veterinario proporciona los tratamientos para desparasitar, vacunas y todo se arregla. Pero hay caballos con problemas crónicos o serios que pueden ser más difíciles de resolver. No se puede dejar mandar al corazón si no hay medios detrás.
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Coby Bolger – Horse1 – Centro de Nutrición Equina
Mis agradecimientos a la Asociación CYD Santa María www.asociacioncydsantamaria.es