El estrés oxidativo
Prevenir
Capítulo II – Cuidados avanzados para prevenir lesiones y mejorar rendimiento
En Mayo, empezamos a explicar que los cuidados del caballo de deporte no sólo incluyen la buena nutrición, sino un correcto manejo de cuadra, una planificación lógica de trabajo y competición, y cuidados como terapias de frío, imanes o masajes cuando hagan falta. Es cuestión de tener la información sobre los últimos avances en las ayudas para mejorar el rendimiento y prevenir lesiones. Hoy en día se están aplicando estudios científicos hechos sobre el organismo humano, a los caballos de deporte. O sea, lo que oímos en los medios de comunicación sobre la necesidad de aumentar la cantidad de ejercicio que hacemos, que tenemos que cuidar la flora intestinal con pro-bióticos, pre-bióticos y que los anti-oxidantes pueden disminuir los riesgos de desarrollar enfermedades tan serias como el cáncer, va directamente aplicado a su caballo de deporte pero en proporciones algo distintas que en el ser humano. Por ejemplo, cuando se empezó a buscar pro-bióticos para caballos, ¡se vaciaban las estanterías de los supermercados de yogures con bacteria viva, y cuando querían reducir el trabajo anaeróbico, desaparecían grandes cantidades de huevos (para utilizar su clara) y cerveza negra irlandesa!
Entre todas las tendencias nutricionales que se están estudiando, una de las líneas de investigación más interesante es la encaminada a explicar cómo y donde sufren nuestros organismos a consecuencia del estrés, y dentro de estos estudios, se está analizando las causas del estrés a nivel molecular así como las multiples fuentes que inducen al estrés oxidativo. Se hace incapié en estudiar las fuentes del estrés a este nivel por que la enfermedad está siempre ligada a un proceso bioquímico anormal y a una alteración en el metabolismo de los nutrientes y sus subproductos.
¿ Por qué deberían importarnos los estudios sobre el estrés oxidativo?
El primer punto importante es entender que cuando hablamos de radicales libres ¡no estamos hablando de bandidos con pistolas entrando, por la fuerza, en La Moncloa!
El estrés oxidativo está definido por SIES (1991) como un desequilibrio en la proporción de pro-oxidantes (radicales libres) y anti-oxidantes que pueden perjudicar el organismo. El oxigeno es esencial para la vida pero puede perjudicar el organismo si el delicado equilibrio se cambia. El cuerpo produce constantamente radicales libres y anti-oxidantes, dentro de un proceso natural del metabolismo para desintoxicar y aumentar el sistema de inmunidad, radicales libres y anti-oxidantes según los requisitos corporales. Un radical libre se define como una sustancia que contiene un electrón, sin su pareja , el protón. Estos elementos son altamente reactivos e inestables y por eso perjudican fácilmente al organismo. En cuanto se añade una sustancia que aumenta la cantidad de protones, los radicales libres se estabilizan y así no dañan al organismo. De hecho, los radicales libres, por si mismos, buscan equilibrarse y así, para decirlo en términos simples, roban protones de las moléculas de su alrededor. Eso llega a desequilibrar en milésimas de segundo, grandes cantidades de material genético, proteínas, enzimas y células y por eso pueden causar lesiones y enfermedades serias tanto en humanos como en caballos.
Un anti-oxidante es una sustancia que normalmente es rica en hidrógeno, componente principal del protón. El anti-oxidante presta al radical libre el protón que le falta y así equilibra el sistema. Al anti-oxidante le pueden o no, sobrar protones para “prestar”. Si presta un protón y llega a desequilibrarse, no tiene la agresividad, ni causa el daño que el radical libre. En el caso de la vitamina C, por ejemplo, el hecho de que la molécula quede desequilibrada no reviste importancia, dado que esta vitamina es soluble en agua y el animal puede eliminar lo que no necesita.
Esto quiere decir que nosotros podemos prevenir desequilibrios añadiendo anti-oxidantes cuando sabemos que va a surgir una situación de estrés que aumentará la producción de radicales libres.
La inflamación y el daño en tejidos son características típicas asociadas al estrés oxidativo. La inflamación se produce como defensa del tejido y aviso a las células “protectoras” para que vayan al lugar del problema intentando arreglarlo, pero la inflamación, a su vez, puede aumentar el daño inicial y complicar la regeneración de tejidos.
Si reaccionamos tarde, muchas veces no tenemos otro camino que utilizar anti-inflamatorios y drogas para evitar causar mayores daños en los tejidos. Si preparásemos el organismo antes, fortaleciendo al caballo con trabajo y nutrición adecuada, el caballo tendría más defensas y probablemente no desarrollaría el problema, o bien su incidencia sería más leve.
Dentro del animal residen, naturalmente, algunos anti-oxidantes (superoxide dismutase, H2O2, glutathion) pero su cuerpo no produce suficiente cantidad para prevenir daños del estrés oxidativo causado por la competición y el trabajo. Por eso, los anti-oxidantes aportados por la dieta se hacen imprescindibles, y de hecho, cuando el caballo pastaba a su anchas, tenía acceso a estas sustancias en su dieta natural escogiendo las plantas que más le convenían.
Los anti-oxidantes se encuentran principalmente en frutas, plantas y raíces. Los estudios han establecido que hay más de 4.000 sustancias con flavonoides, divididas en 5 importantes grupos, y que dada su complejidad, afectan al organismo de varias y complejas maneras.
Ahora bien, esto no es una cuestión de “cuanto más mejor”. Hay que fortalecer el físico del caballo con ejercicio y una buena y variada dieta. En épocas de estrés por competición y viaje hay que asegura un nivel vitamínico adecuado con una mezcla apropiada de anti-oxidantes, electrolitos u otros productos dependiendo de la disciplina que se practique, la duración de la temporada, la edad y la forma física del caballo y lesiones anteriores.
Para el jinete que no quiera convertirse en veterinario o bioquímico, le pueden funcionar las siguientes recomendaciones:
1) Conozca y observe su caballo, para prevenir lesiones hay que saber las debilidades físicas y mentales que tiene. Cada caballo tiene requisitos distintos y reacciones distintas al trabajo, piensos, forrajes y suplementos.
2) Cuide la base. Los cuidados de cuadra (herrajes, vacunas, limpieza...), una dieta correcta con suficiente forraje y agua limpia, en combinación con un trabajo inteligente, son los primeros pasos.
3) Añadir suplementos apropiados antes y durante el período de estrés. Si ha seguido el primer paso de observar al caballo, sabrá qué suplementos le harán falta. Cambie de suplementos de vez en cuando, para asegurar una absorción eficaz y para variar los nutrientes y sustancias aportadas. Cuando no encuentre lo que necesita, acuda a profesionales para que le asesoren sobre lo que hay disponible en el mercado.
4) Entre temporada y temporada, el caballo debe descansar correctamente. Esto no quiere decir, quitarle sus herraduras y olvidarle en un prado durante un mes. Hay que bajar la dieta algo, ajustar los suplementos para dejar que su sistema se limpie, no competirle durante un tiempo y soltarle en un prado, alternando trabajo ligero.
Escrito por Coby Bolger Spillers España-Horse 1
y Nicholas Larkin, BVSc DSc
Publicado Revista Ecuestre Julio 2001