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Que va a comer nuestros caballos

¿Qué van a comer nuestros caballos? - ¿Cómo nos afectarán los cambios en la economía agrícola mundial?-



Los precios de los cereales han subido más de un 50% en los últimos doce meses. El trigo, avena y maíz, tres cereales base de la alimentación de nuestros caballos, han subido más que el resto.


Los caballos comen forrajes, cereales y aceites provenientes de cereales. La demanda y la producción de estos alimentos a nivel nacional e internacional están cambiando radicalmente.


La “Revolución Verde” que se produjo durante las décadas de los sesenta y setenta, introdujo procedimientos científicos en las granjas que aumentaron de manera importante la capacidad mundial de producir todo tipo de alimentos. Sin embargo, en la actualidad solo aumenta la producción de alimentos en un 1% anual, cuando la demanda crece un 1,3%. No hace falta ser un genio para entender lo que estos números implican.



Las reservas mundiales de cereales están en su punto más bajo desde la década de los setenta. Actualmente, un año malo en India o China, significaría una crisis alimenticia seria. Estos dos países, antes capacitados para producir lo que necesitaba sus poblaciones, ahora importan una gran cantidad de cereales. En estos momentos, los jóvenes de estos países están dejando el campo para recibir los salarios garantizados ofrecidos por las fábricas de las ciudades.



Las producciones de cereales en Europa han sido pobres desde el año 2005 debido a sequías, inundaciones, variaciones de temperatura y heladas en fechas primaverales. Australia ha soportado la sequía más larga desde que se lleva registro de precipitaciones.



La panacea que nos han ofrecido los políticos contra la falta de petróleo, los “bio-combustibles”, no ha sido tan milagrosa en realidad. La cantidad de grano que hace falta para llenar el depósito de gasolina del coche daría de comer a un caballo durante seis meses. ¿Qué es mejor?: Dar de comer a nuestra población y a nuestros animales como los caballos, o echar combustible a nuestros coches…¡Nunca tendremos la opción de comernos el petróleo!



Obviamente, esta situación se complica si pensamos que los “brokers” e inversores especulativos se dedican a ganar dinero cuando los mercados se vuelven inestables. Pero, ¿Dónde vamos a parar con todo esto? Los políticos todavía no se han pronunciado y solo China ha ralentizado su plan de conversión a los bio-diesel. En los debates políticos llevados a cabo en España recientemente, no hubo ninguna mención sobre el precio de los cereales.



Al principio, el aumento de precios en productos como el pan y la leche parecía venir de la nada. Lo que sabíamos todos los que vivimos en contacto con el campo, a los de la ciudad les pilló por sorpresa.



Otro punto sorprendente fue la actitud de los periodistas y los programas de televisión. Resulta sorprendente como un periodista presentó la hipótesis de que el aumento de precios era debido a un gran complot entre los comerciantes. ¡Que fácil sería la solución si esto fuera verdad! … Bastaría

con un traidor entre los muchos que comercian con cereales en el mundo, para que el traidor se enriqueciese en poco tiempo y sin embargo, los precios regresasen a sus cauces.



Por el momento, no obstante, parece que al menos, los agricultores están contentos. Por primera vez en la historia sus fincas producen claramente grandes cantidades de dinero a corto plazo. Pero… ¿Van a poder cubrir sus costes cuando la cadena de aumento de precios les llegue?



Y ahora, además, nos dicen que la subida de precios de los cereales hace que la gente esté quemando bosques tropicales que nos proporcionan el aire que respiramos, para convertirlos en tierras para sembrar. Esto obviamente una contribución al calentamiento global. ¿Nos podemos permitirnos el lujo de quedar sin estos bosques?



No están tan contentos los que producen carne, leche, mantequilla y huevos. Ellos tienen que dar de comer a sus animales que comen lo mismo que los caballos, es decir forrajes y cereales. Y eso que todavía no se ha llegado a notar en su totalidad, el efecto de este importante aumento de costes de producción.



¿Como van a ser las producciones este año? La feria de Sevilla abrió con lluvias torrenciales, a la vez que bienvenidas. Estamos todos pendientes de la falta de lluvia y de las temperaturas primaverales, que han hecho florecer las plantas excesivamente pronto. Pero nunca llueve a gusto de todos. Otras regiones de España han recibido inundaciones que ya han acabado con algunas cosechas.



Haciendo referencia al mercado de alimentación de caballos, hay otros factores que afectan en gran medida. En España, aunque varían las cifras

según a quién preguntemos, se estima que hay aproximadamente 300.000 caballos de los cuales, unos 200.000 comen algo proporcionado por el hombre. ¿Qué es lo que comen?



Los caballos que pueden vivir en libertad y mantienen su peso a base de pasto son los más fáciles y baratos. Con pasto y un simple multi-vitamínico pueden gozar de una alimentación correcta. El problema surge cuando no mantienen su peso solamente con pasto y hay que añadir algo más.



Los caballos más afortunados, reciben dietas controladas de alto rendimiento. Hay fábricas especializadas que producen piensos garantizados y agricultores que producen heno o ensilado equino de la mejor calidad. El coste siempre ha sido alto para estos alimentos, ya que los propietarios de estos caballos exigen resultados y esto no es posible si no reciben una dieta adecuada.



Los precios de los piensos especializados han subido como todos, pero el porcentaje de aumento de precio ha sido menor debido a que las compañías que producen las dietas de alta competición suelen utilizar una materia prima más variada, compran más cantidad, utilizan el mercado internacional de cereales y así pueden paliar, en cierta medida, el descontrol de los precios de la materia prima y además en sus costes no solo influye el costo de la materia prima, sino que es también significativo el gasto en investigación, transporte y márquetin.



Hay un gran número de caballos (La mayor parte) que comen mezclas de cereales producidos por cooperativas o molinos locales. Los propietarios de estos caballos son los que han notado un aumento más pronunciado de precios, pues, comercialmente hablando, podríamos decir que a efectos de coste, las mencionadas mezclas son cereales puros, y por tanto estos

aumentos de precios les afecta de lleno. Hace bien poco, se podía conseguir en España un pienso para caballos de este tipo a unas 35 pesetas el Kg. (el equivalente a 0,21 céntimos de euro en la actualidad). Este precio ya no existe y el propietario está obligado a absorber el 100% del aumento del mercado local.



Los fabricantes regionales normalmente tienen menos capacidad de almacenamiento y están limitados a cómo y dónde pueden pactar precios. Los productores y los encargados de procesar los cereales, lógicamente quieren sacar el máximo beneficio posible de sus productos, así que suelen dejar la mercancía en el almacén hasta justo antes de que entre la siguiente producción de forrajes y cereales. Venden lo mínimo que pueden para aguantar con suficiente efectivo y esperan hasta que suban los precios al máximo.



Las oscilaciones de precios pueden afectar a la calidad y al porcentaje de mezcla de los ingredientes que contienen algunos piensos. Hay productores de piensos que mantienen su formulación y aumentan sus precios. Hay otras fábricas que varían la formulación utilizando la materia prima más barata o de peor calidad o incluso comprando restos de pastelería con el fin de mantener los precios. Esto puede provocar trastornos intestinales en los caballos debido a su frágil sistema digestivo. Utilizando la lógica, no es normal que un pienso sea más económico que los propios cereales. Vigilemos este factor.



Los propietarios de caballos han debido notar que un gran número de fábricas nuevas se han metido en el negocio de los piensos para caballos. En efecto, La Comunidad Europea nos ha empujado a reducir el número de cerdos y vacas en España y estas fábricas tienen que producir algo o bien

cerrar sus puertas. Nos esperan por tanto varios años de inquietud en este sector hasta que estos cambios lleguen a su fin.



Esta situación es positiva, pues ahora en España tenemos muchas más opciones para alimentar a nuestros caballos, sin embargo también tiene un punto negativo ya que hay más fábricas en el mercado buscando materia prima para caballos, y esto también tendrá su efecto sobre el precio.



El resto de los caballos, comen solamente cereales como avena, cebada y maíz junto con diferentes forrajes o pastos. Los propietarios de estos caballos notarán la diferencia de precios radicalmente. Con este tipo de ración, hace falta proporcionar más cantidad de alimento para mantener el peso del caballo que cuando se utilizan en el caso de los buenos piensos compuestos: cereales con aceites y “superfibras” que consiguen mejor absorción.



Los cambios que se están produciendo en el mundo, van a tener un efecto a largo plazo en toda nuestra economía y esto no tiene fácil arreglo. Lo que pagamos para dar de comer a nuestros caballos es solo secundario. Tendremos que ser realistas con el número de caballos que podemos mantener y lo que nos puede costar.



En Estados Unidos se ha creado una fundación, que ayuda a jinetes y propietarios de fincas que se han equivocado con el número de caballos que pueden mantener, y les ayudan a colocar o vender sus caballos y proporcionan heno y pienso gratis en casos de urgencia. Es significativo, que empiecen a aparecer organizaciones caritativas, porque quiere decir que el problema ya es común.



Hay cierto rayo de luz puesto en la esperanza de que prosperen nuevas tecnologías relacionadas con las minas de carbón. Descartada antes esta fuente energía por su altísima contaminación y la destrucción de la tierra en el proceso de extracción. Por lo visto, hay métodos totalmente nuevos que garantizan el bienestar del medio ambiente tanto en el proceso de minería como en su posterior uso como combustible. Todavía existe una gran cantidad disponible y no está en zonas afectadas por terrorismo ni guerra. De hecho, China está explorando este tipo de explotación con seriedad. Pero, no obstante, las voces de los expertos auguran una crisis que durará unos 4 ó 6 años.



Y finalmente nos preguntamos: ¿Qué van a comer nuestros caballos? - Tienen que comer lo que han comido siempre: avena, cebada, aceites, maíz, remolacha, guisantes, heno, paja y alfalfa. Y nuestra responsabilidad es asegurar que lo podremos pagar.



Escrito por:

Coby Bolger - Horse1 - Centro de Nutrición Equina

www. Horse1.es

Author: Coby BolgerWebsite: http://www.linkedin.com/pub/coby-bolger/1b/871/883Email: This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.
Directora General Horse1 S.L.
About
Coby es nutricionista equina y jinete internacional de Concurso Completo de Equitación habiendo participado en numerosos concursos internacionales en toda Europa. Actualmente trabaja en la investigación y mejora de la nutrición equina e imparte clinics y clases sobre nutrición y entrenamiento.