El Buen Manejo de la Dieta
Cómo asegurarnos de que la alimentación del caballo sea la correcta
Una de las cuestiones más frecuentes, que nos planteamos los que tenemos que alimentar a un caballo es la siguiente: “¿Como sé si la dieta de mi caballo es la idónea?… Estoy totalmente confuso”.- Si esto le suena familiar, no le hace falta sufrir en silencio. Lo que viene a continuación es una guía de cómo retomar los temas básicos para proporcionar a su caballo exactamente lo que necesita.
Cuando digo a la gente que soy nutricionista equina, su comentario más usual es: “Pero los caballo comen hierba, ¿no?”
En realidad, así es, los caballos pueden vivir perfectamente con hierba. Es cierto que es un animal que ha evolucionado como un herbívoro que come plantas, hierbas y todo tipo de pastos. De hecho, si pudiese elegir, pasaría el día pastando, bebiendo y andando largas distancias. Por esta razón, el sistema digestivo del caballo ha evolucionado de tal forma que debe estar comiendo pequeñas cantidades de forraje suave durante la mayor parte del día.
El problema empieza a surgir, cuando por necesidad, el caballo tiene que vivir en un establo y queremos trabajarlo. No es comparable el trabajo de un caballo salvaje moviéndose todo el día, con el de un caballo de salto de pista intentando pasar por encima de obstáculos de 1,20 m. o un caballo de doma haciendo espalda dentro.
Además, los caballos salvajes están todos guapísimos y gordísimos en las épocas que hay mucha hierba, pero se ponen en los huesos en las épocas en las que no la hay. Y no nos haría nada de gracia ponernos a trabajar a un animal al que se le ven todos los
huesos de las costillas y de las caderas. Queremos manejar nuestros caballos domésticos para que puedan vivir en las instalaciones que tenemos, comer los alimentos que podemos conseguir, hacer su trabajo y estar en buena condición y salud.
Empecemos por la base:
En algunos lugares de España, hay suficiente pasto para mantener a los caballos en un peso adecuado. Si podemos mantener el peso del caballo a base de forraje, solo hace falta añadir lo mínimo de nutrientes para asegurarnos de que pueden desempeñar su
función. Por ejemplo, una yegua gestante necesitará un nivel de minerales mayor al aporte disponible en un pasto. Puede que este suficientemente gorda, pero existen estudios repetidos en todo el mundo que nos demuestran una y otra vez que no hay
pasto que tenga suficientes niveles de cobre, zinc, manganeso, etc. para poder apoyar el crecimiento del feto de un caballo de deporte.
La dieta se basa siempre en el forraje que tenemos disponible. Si no tenemos pasto, debemos utilizar el forraje que se pueda conseguir a un precio razonable. Los forrajes más comunes en España son los siguientes: heno de prado, heno de ryegrass, alfalfa en
rama, avenata, heno de avena, heno de cebada, paja de avena, paja de cebada y ensilado equino de diferentes tipos. Para decidir cómo equilibrar el forraje, tenemos que tener una estimación del peso del caballo y de acuerdo a este, darle la proporción correcta de forraje y después añadir LO MÍNIMO para asegurarnos de que tenga suficiente energía y nutrientes para su salud y su trabajo.
Podemos decir que el aporte nutricional del heno de prado, heno de ryegrass y del heno de avena y cebada es prácticamente el mismo. Tienen cierta variación en el nivel de lignina, (su digestibilidad), pero si están cortados a 50% flor (no con el grano presente)
y si secan a no más del 90% materia seca, su aporte de proteínas puede estar entre un 8% a un 13% y el nivel energético será unos 7 mega julios por kilo. A este grupo de forraje lo llamaremos “heno”. El heno tiene un nivel pequeño de vitaminas y minerales
pero juega varios papeles importantes en el mantenimiento de la salud del sistema digestivo.
El estómago del caballo tiene siempre presentes ácidos digestivos y no entiende el concepto “desayuno”, “comida” y “cena”, un invento de los seres humanos. Necesita una presencia constante de forraje suave. El intestino delgado, que mide 20 metros de
largo, necesita la presencia de pequeñas cantidades de forraje para mantener su forma y el intestino grueso no podrá mantener su población bacteriana estable sin la presencia de gran cantidad de fibra.
El caballo debe comer POR LO MENOS un 1% de su peso corporal al día de este tipo de forraje (de prado, de ryegrass de avena o de cebada). y debe tener heno presente en todo momento para poder picotear. Esto quiere decir que tenemos que dar pequeñas
cantidades de heno durante todo el día y una buena cantidad de heno cuando salimos de la cuadra por la noche.
Al siguiente grupo de forrajes podemos nombrarlo “Las Pajas”. Incluye paja de avena, cebada y trigo. Para mí, paja es paja provenga de la planta que provenga. Lo que puede variarla algo es cuándo se cortó. Si se corta cuando la planta es más fina, será algo más digestible, pero el nivel de lignina es siempre mayor si la planta se corta tarde. La paja tendrá un nivel de sequedad por encima de 91%, su nivel de proteína no va a superar el 5% y no tendrá presencia de ninguna vitamina ni mineral. Pero podemos entretener al caballo con una gran cantidad de paja (entre un 1% a 2% de su peso corporal) y esto le ayudará a sentirse satisfecho con su dieta.
Ahora bien, hay que asegurarse de que el caballo puede manejar la paja. Si la ha tomado toda su vida, estará acostumbrado y con que no tenga un problema de salud como diarrea, la podemos dar sin problema. ¡Ojo con los caballos importados!, los pura
sangre inglés, que pueden ser más sensibles a altos niveles de lignina u otros caballos que están acostumbrados a tomar heno o ensilado, no son buenos candidatos para una dieta basada en la paja.
Mallorca tiene una buena producción local de paja y los caballos no suelen tener acceso a heno de prado. Estaba haciendo análisis de forraje en Mallorca hace varios años y pregunté a un veterinario experimentado que vive en la isla, “¿Qué hacen todos los
caballos importados desde Alemania cuando llegan a la isla y hay que cambiarles su forraje tan drásticamente? . Su contestación fue inequívoca.- “Pues se mueren”.
Hemos analizado la avenata en muchas ocasiones. Depende de quién la produjo. Hay avenatas que son poco más que paja, pero hay avenatas que tienen el mismo perfil nutricional que el heno de avena. Depende de su nivel de sequedad y si se cortó la
planta antes o después de que apareciesen las semillas. Siempre son más digestivas las plantas cortadas antes de tener semillas. ¡No queremos semillas en nuestro heno!
El ensilado equino o henolaje es cada vez más frecuente en España. Se hace de heno de prado, ryegrass, avenata y maíz. El aporte nutricional es más o menos el mismo que el del heno hecho de la misma planta, pero hay una presencia de agua que puede variar entre un 35% a un 40%. Esto quiere decir que es muy apropiado para caballos con alergias o sensibles al polvo. También es idóneo para el caballo de alto rendimiento, como el caballo de RAID, el caballo de carreras, los caballos polo etc.
Lo que hay que recordar, cuando se utiliza el ensilado equino, es que su aporte de agua nos obliga a utilizar más. Si suelo dar el 1% de peso corporal del caballo cuando utilizo forraje, y voy a utilizar ensilado equino, tengo que dar el 1,4% del peso corporal para
llegar a la misma cantidad de alimento.
La alfalfa y otras leguminosas son muy altas en proteínas. Lo normal para este tipo de forraje es un nivel proteínico de entre 16% a 18% y proporcionan un buen aporte de calcio. Son un buen acompañante de la ración, pero debido a que son tan fuertes, no son
ideales para utilizarlos como fuente principal de forraje para el caballo. En general, se pueden mezclar perfectamente de 2 a 4 kilos de alfalfa con otro forraje como el heno ola avenata. Si se utiliza la alfalfa en rama, hay que tener mucho cuidado con el
equilibrio de la dieta en forma de piensos y suplementos. Se pueden sobrepasar fácilmente los niveles recomendados si no añade lo apropiado.
T
Tabla de proporción forraje/grano Trabajo Ligero |
Trabajo Medio |
Trabajo Fuerte |
|||
Forraje |
80% a 100% |
50% a 70% |
50% |
||
Pienso |
0% a 20% |
30% a 50% |
50% |
Cuando hemos calculado cuanto forraje necesitamos en la dieta, teniendo en cuenta lo que podemos conseguir en la región, solo hace falta añadir lo mínimo, con un pienso o combinación de cereales y correctores, para cumplir con el perfil de nutrientes que
necesita el caballo.
Los Piensos y Cereales:
Si tenemos que suplementar la dieta de forraje con algo para ayudar a mantener el peso y proporcionar suficientes nutrientes, tenemos que decidir qué necesitamos exactamente. Hay dos caminos principales: La mezcla casera y el pienso comercial
Si tenemos la posibilidad de conseguir una buena materia prima: Se puede hacer una mezcla muy apetitosa con una base de avena entera, cebada y linaza cocinada, un poquito de alfalfa en granulado, algo de soja 44, aceite de girasol, sal gorda y remolacha
mojada. Añadimos un buen multivitamínico con un buen aporte de micro-minerales y tenemos un pienso casero francamente decente. Hace falta trabajar un poquito, pero los caballos van a estar muy bien alimentados por un precio decente. Damos un par de kilos de la mezcla y 5 Kg. De heno de prado, y el caballo típico de pupilaje o de tanda va estar perfectamente.
Los aportes vitamínicos de este tipo de mezcla se pueden ajustar para estar de acorde con los nutrientes necesarios para las yeguas de cría y sementales. Sin embargo, es demasiado fuerte en almidón y le faltan proteínas o cadenas de aminoácidos para un
potro en crecimiento. Un nutricionista equino puede trabajar en conjunto con el responsable de la finca para equilibrar los nutrientes y asegurarse de que el aporte es el correcto según el tipo de animal.
Si no queremos trabajar tanto, podemos comprar avena entera y mezclarla con un pienso tipo “equilibrador” o “balanceador”. Las instrucciones de uso estarán marcadas en el saco, pero en general, se utiliza entre un 20% a 30% del total de la ración de grano.
O sea, 4 Kg de paja, 3 Kg. de alfalfa, 3 Kg. de avena y 1 Kg. de equilibrador. El equilibrador está formulado para ser añadido a los cereales y tendrá los aportes de aceite, proteína, vitaminas, minerales y nutrientes que siempre le faltan a los cereales.
Si queremos una mezcla comercial: En cuadras grandes, o si hay mozos que tienen que dar la comida a los caballos, es más fácil proporcionar un pienso completo y forraje.
Hay que elegir un pienso completo que proporcione suficientes nutrientes. Hay muchos piensos que son simples mezclas de cereales pero no tienen un aporte de nutrientes suficiente para mantener el peso, la salud y el rendimiento deportivo del caballo a largo
plazo. Hay que examinar la etiqueta del producto y también observar cómo evoluciona el caballo. Hay un gran número de este tipo de piensos hoy en día y muchos están formulados sin tener en cuenta el trabajo que tiene que desempeñar el caballo.
Si los caballos son de alta competición, no nos queda más remedio que utilizar los piensos formulados con ese fin. Si se pasea por concursos, notará que cuanto más importante es el concurso, menos presencia de mezclas caseras habrá y empezará a ver
que una gran mayoría de caballos tiene su alimentación manejada por un nutricionista.
El coste de mantener un caballo de competición, las clases, las licencias y matriculas, el estrés de los viajes, nos pone en una situación en la que debemos asegurarnos de que el caballo tiene la capacidad de hacer su trabajo. Además, aunque es posible confeccionar una dieta mezclando cereales y añadiendo correctores, hacer todo eso mientras se está de de viaje en una competición es casi imposible. Un pienso de competición, efectivamente es más caro por kilo, pero las garantías que ofrece, con un nivel adecuado de nutrientes y un control de pureza de los alimentos para evitar un doping positivo por equivocación en la mezcla, justifica su coste.
Así pues, las pautas para formular una dieta no son excesivamente complicadas. Tenemos que respetar las normas necesarias para mantener la salud del caballo, que esencialmente son, mantener su sistema digestivo ocupado con heno u otro forraje de
calidad, y añadir lo necesario para aumentar los nutrientes y energía a los niveles adecuados para desempeñar su trabajo. Si tiene alguna duda, un nutricionista le puede ayudar a entender mejor las necesidades nutritivas de su caballo.
Las Reglas de Oro de una Ración Correcta
1. Equilibrar la dieta: Al igual que las personas, los caballos tienen unas cantidades recomendadas de nutrientes y energía según su edad, raza y peso. Si falta o sobrepasamos algún nutriente, corremos el riesgo de enfermedad, falta de rendimiento, o en casos graves, incluso causar la muerte del caballo. Una cantidad excesiva de cualquier nutriente puede perjudicar la salud del caballo por llegar a niveles de toxicidad, o bien por bloquear la absorción de otros nutrientes esenciales. No hay que pensar, por ejemplo, en aumentar el calcio porque sí, cosa que sucede muy a menudo, sino, analizar la cantidad recomendada de cada nutriente y comprobar que la proporción recomendada entre todos los nutrientes de la dieta sea correcta.
2. Averiguar y hacer un seguimiento del estado de carnes del caballo: Debemos tener una estimación del peso y la acumulación de grasa en el caballo (su estado de carnes). Es normal que fluctúe ligeramente según la estación del año y su nivel de trabajo. Cuando hay ligeros cambios, podemos ajustar la ración antes de que se convierta en un problema.
3. Dar suficiente fibra: El sistema digestivo del caballo necesita por lo menos un 50% del total de su dieta en fibra. Es decir, o damos heno u otra fibra o sencillamente, el caballo no podrá mantener la flora bacteriana necesaria para garantizar su salud, ni podrá absorber la energía y los nutrientes de la dieta.
4. Mantener un picoteo constante: El caballo necesita la presencia de fibra en su estómago y en su sistema digestivo para sentir saciedad. El caballo salvaje picotea unas 18 horas diarias.
5. Poco y muchas veces: Los caballos necesitan comer poca cantidad de grano o piensos, muchas veces al día. El tamaño máximo de una toma de grano nunca debe superar 2,5 Kg. para un caballo adulto. ¡Hay que dividir las tomas!
6. Los cambios tienen que ser graduales: La flora bacteriana del sistema digestivo del caballo es específica para los alimentos de su dieta. Cualquier cambio en los alimentos necesita tener en cuenta que tiene que haber un ajuste de la flora intestinal. Debemos introducir un alimento nuevo, progresivamente en unos 5-10 días.
7. Espaciar el trabajo de la dieta: Hay que dejar al caballo descansar por lo menos una hora después de darle de comer, y esperar, por lo menos, una hora después de trabajar para darle una toma de pienso.
8. Agua: Hay que asegurarse de que haya agua limpia disponible en todo momento.