Mejorar el Manejo para Reducir Cólicos
El cólico es una de las enfermedades más peligrosas y costosas, a la par que frecuente en el caballo.
El caballo salvaje rara vez padecía cólicos. Hay que recordar que el cólico en el caballo es una enfermedad, que en la gran mayoría de los casos, es provocada por el hombre y su frecuencia aumenta cuando el caballo está obligado a vivir en cuadras, viajar y competir.
¿Por qué el cólico supone un problema tan grave y qué se puede hacer para prevenirlo?
Las respuestas a estas preguntas pueden encontrarse, si se tiene en cuenta cómo es el tracto digestivo del caballo y cómo está diseñado para llevar a cabo su función. Y la incidencia de cólicos podría reducirse enormemente mediante la modificación del manejo.
Otra causa de un gran número de cólicos y “pequeños cólicos” en que el caballo está incómodo y en peligro son los problemas alimenticios. Estos problemas pueden ocurrir de manera repentina por cambios bruscos de pienso o forraje, por dar el pienso cuando el caballo está recién trabajado o porque el caballo recibe una ración demasiado grande de pienso o cereales; aunque el problema también puede haber venido fraguándose desde hace tiempo por haber alimentado con pocas tomas diarias.
Dejemos el manejo de parásitos al veterinario, pero merece la pena mencionar que debe avisarle si el caballo va a viajar o si comparte cercados con otros caballos. El veterinario tiene que saber también, si el caballo vive en un recinto cerrado y relativamente limpio o si por el contrario hay que ser más agresivo con el control de parásitos, porque vive en un ambiente en el que está expuesto constantemente a parásitos de muchos tipos y regiones distintos.
Cuando hablamos de mejorar el manejo de la alimentación, hablamos tanto de cuándo y cómo se da el pienso, como el tipo de pienso y forraje que se debe proporcionar.
El estómago del caballo es de un tamaño reducido y le sigue un largo y estrecho intestino delgado. El estómago es el lugar donde se deshacen los alimentos para que puedan ser dirigidos y en el intestino delgado se absorben ciertos nutrientes que contienen los alimentos. Tras el intestino delgado hay dos órganos de gran tamaño, el ciego y el colon. Estos dos órganos se denominan comúnmente intestino grueso, son estructuras especializadas que el animal ha desarrollado para sobrevivir con dietas a base de fibra. El intestino grueso del caballo alberga gran cantidad de bacterias y protozoos que producen gran variedad de enzimas, cuya función es fermentar la fibra de los alimentos.
El tracto digestivo del caballo está diseñado para un consumo continuado de alimentos con gran contenido en fibra. El alimento atraviesa rápidamente el estómago y el intestino delgado, reduciendo su velocidad de tránsito al llegar al intestino grueso, donde es fermentado por los microorganismos intestinales. Si un ingeniero diseñase un sistema digestivo, nunca lo haría como el del caballo. Su diseño, lógicamente da lugar a embotellamientos y complicaciones.
Para bien o para mal, este tipo de estrategia digestiva permite al caballo sobrevivir a base de una dieta con forraje de baja calidad nutritiva, siempre que haya una gran disponibilidad de éste. Es un sistema ideal para procesar el alimento en los animales que viven en libertad en las praderas.
Los cereales se digieren en el estómago con un proceso enzimático. Siempre es necesario limitar el tamaño de las raciones de piensos y cereales; sólo caben 2,5 Kg. en el estómago del caballo en cada toma. Si la avena, cebada o pienso no se deshacen totalmente en el estómago, aumenta el riesgo de cólico vertiginosamente, pues una gran ingesta de cereales con alto contenido en almidón, atravesaría rápidamente el intestino delgado. El almidón que sale del intestino delgado es fermentado rápidamente por ciertas especies de bacterias produciendo ácido láctico. Este ácido láctico hace que descienda el pH del intestino grueso provocando la muerte de otras muchas bacterias que habitan en él, lo que da lugar a la producción de toxinas y cólico.
Esta regla no es aplicable cuando hablamos de los forrajes. La mejor manera de proporcionar forraje al caballo es permitirle picotear durante todo el día. Por la mañana, casi siempre hay prisa para limpiar los boxes; así que lo suyo es proporcionar pequeñas cantidades de fibra, nada más llegar a la cuadra, con el pienso de por la mañana, o bien dar una mínima cantidad de heno que los caballos puedan terminar rápidamente, y después limpiar la cuadra, y una vez limpia proporcionar más cantidad de forraje y dar algo más a mediodía y por la noche.
Todos los forrajes, especialmente los de rama larga y fina, son más digestibles que los piensos y cereales. La cantidad de saliva producida hace que los forrajes pasen fácilmente desde el estómago, hasta el intestino delgado y posteriormente al intestino grueso. La digestión de los forrajes se lleva a cabo mayormente en el intestino grueso, utilizando la flora intestinal que se encuentra ahí. Por tanto, este proceso respeta la naturaleza del caballo. Proporcionar un buen forraje es la base para reducir el riesgo de cólicos.
El único cuidado que hay que tener con el forraje es prestar atención a su digestibilidad. Si se corta la planta tarde, contiene más lignina, la cual es indigesta para el caballo. Esto quiere decir que son más digestibles los forrajes finos que los que tienen ramas gruesas. La paja y henos de cereales contienen sílice que también es indigesto para el caballo. Si está acostumbrado a este tipo de forraje, normalmente no pasa nada, pero hay que tener cierto cuidado, especialmente con caballos importados, que probablemente nunca hayan visto la paja ni en fotos. En Junio y Octubre cuando se corta el heno, hay que introducir los nuevos cortes poco a poco en la dieta, para así garantizar que el caballo asimile bien el cambio.
En conclusión, para reducir el riesgo de cólicos:
1. Mantener un buen programa de control de parásitos con la ayuda de su veterinario.
2. Proporcionar fibra de buena digestibilidad en abundancia. Los caballos necesitan mucha fibra en su dieta. Proporcione al menos 1 Kg. de forraje diario por cada 100 Kg. de peso corporal. Grandes cantidades de forraje reducirán en gran medida la incidencia de cólicos en la mayoría de los caballos.
3. Proporcionar agua limpia en cantidades ilimitadas en todo momento. Observe si el caballo bebe a gusto y asegúrese de que no está deshidratado.
4. Proporcionar pequeñas cantidades de fibra justo antes de dar las tomas de piensos o cereales; incluso conviene mezclar los cereales y piensos con fibra o chaff. Esto obliga al caballo a ingerir el pienso lentamente, hace que mastique más y aumenta de forma importante la cantidad de saliva que produce el caballo.
5. Incrementar la frecuencia de las comidas. Es preferible administrar varias comidas con menor cantidad de pienso o cereales en cada una de ellas. Nunca alimentar con más de 2,5 Kg. de grano o pienso en una única comida.
6. Asegurar que todos los alimentos, tanto piensos como forraje estén limpios y no estén contaminados por suciedad, moho o químicos.
7. Hay que respetar la flora intestinal del caballo e introducir alimentos poco a poco para darle tiempo a desarrollar la flora de microorganismos que necesita. Se debe tardar de unos 5 a 8 días en implementar cambios en la alimentación.
Mediante un buen manejo de la alimentación de un caballo, se puede reducir la incidencia de cólicos, basta con hacerlo de forma similar a la alimentación de un caballo en libertad. El mantenimiento de un entorno estable para las bacterias del tracto intestinal del animal debe ser un objetivo primario.
Escrito por:
Coby Bolger www.HORSE1.es Centro de Nutrición Equina