
Incluso el atleta equino más entrenado no puede respirar más de una vez por cada paso, y esa inhalación necesita de suficiente oxígeno para poder llenar correctamente sus pulmones. Los problemas de absorción y utilización del oxigeno no solamente pueden afectar severamente al desarrollo atlético del caballo, sino que además, pueden estresar el corazón, bajar las defensas y perjudicar el bienestar general del animal. En consecuencia, es fundamental proteger los pulmones del caballo con un manejo correcto para prevenir daños irreversibles.
La función de los pulmones es transportar el oxígeno del aire hasta la sangre. Por esta razón, el buen funcionamiento y limpieza de las vías respiratorias es fundamental para un eficaz transporte de oxígeno que permita al caballo un alto rendimiento deportivo.
La cantidad de oxígeno que recibe el caballo está directamente relacionada con el tiempo que tardan en aparecer los primeros síntomas de fatiga. Un caballo cansado estresa su corazón y no controla sus extremidades con la misma destreza, por ello es más propenso a lesiones, debido a que corre el riesgo de pisar incorrectamente con más frecuencia.
La relación existente entre el uso del heno en los establos y las enfermedades respiratorias del caballo doméstico, se conocen desde hace cientos de años: En 1656 se dijo que “El mejor tratamiento para un caballo con problemas respiratorios era hierba en verano y heno mojado en invierno”.
Las investigaciones más recientes nos han descubierto que los efectos a largo plazo de mantener a un caballo dentro de su box son más importantes de lo que antes se pensaba. Por ejemplo, un estudio en Suiza ha demostrado que más del 50% de los caballos de un grupo cuyos individuos no habían sido diagnosticados de enfermedad respiratoria alguna, y que por lo tanto no tenían ningún signo claro de problema pulmonar, padecían sin embargo inflamación e irritación del sistema respiratorio, y esto limitaba la toma de oxigeno y perjudicaba su rendimiento deportivo.
Un dato a tener en cuenta, es que por ejemplo, en una cuadra típica, un caballo puede inhalar más de 12 millones de partículas cada vez que respira, y este número de partículas en el aire, aumenta si la cuadra no tiene suficiente ventilación, o cuando se limpia el box o los pasillos.
Estas partículas en suspensión en el aire incluyen varios tipos de mohos, polvo, ácaros y otros componentes que irritan la mucosa y causan inflamación en las vías respiratorias, incluso cuando el caballo solo haya sido expuesto a estos durante un periodo corto de tiempo. Además una cuadra cerrada también contiene vapores de amoniaco y partículas de heces en suspensión en el aire, una mezcla irritante muy conocida, que es tremendamente nociva para el sistema respiratorio. Por otra parte, debido a las dietas altas en proteína para el caballo de competición, incluso en una cuadra que esté correctamente ventilada, limpia y con cama fresca, el amoniaco nunca desaparecerá totalmente.
Cuando se irritan las vías respiratorias, los pulmones reaccionan de tres maneras. Se contraen para limitar la introducción de contaminantes, por medio de la reducción del diámetro de las vías respiratorias, y además aumentan la producción de moco. La unión de estos dos factores dificulta el intercambio de gases respiratorios del pulmón del caballo y limita la cantidad de oxígeno que recibe el sistema cardiovascular.
Esto perjudica el rendimiento del animal e incluso aumenta el riesgo de lesiones secundarias, debido a la falta de oxígeno en las células. Ciertas investigaciones nos demuestran claramente que con el tiempo, este ataque, que daña a las células mediante el estrés oxidativo al que somete a las vías respiratorias, llega a perjudicar el ADN del caballo y daña permanentemente su capacidad atlética y su salud.
En definitiva si el caballo está expuesto a largo plazo a alérgenos, partículas en suspensión  o amoniaco, puede comenzar a tener síntomas de alguna enfermedad respiratoria. Y si un caballo empieza a reaccionar de forma persistente contra un alérgeno específico, se hace cada vez más sensible a otros irritantes de su ambiente, estimulándose finalmente con agentes inespecíficos, y así se crea un problema crónico que es difícil de tratar y curar.
¿Cómo se sabe si el caballo tiene algún problema respiratorio?
El caballo que tiene una tos persistente tiene más probabilidades de tener una enfermedad respiratoria. De hecho, casi un 80% de los caballos que han sido diagnosticados con EPOC (actualmente se denomina RAO – Obstrucción Recurrente de Vías Aéreas) padecen una tos crónica. Y normalmente RAO es la causa más común de tos crónica en Europa.
Pero los caballos que no tienen tos pueden tener irritaciones en las vías respiratorias. Como ya hemos observado desafortunadamente, un caballo que no tosa no significa que su sistema respiratorio esté funcionando perfectamente, ya que un caballo con RAO puede no presentar ninguna señal visible de padecer la enfermedad.
También se pueden observar síntomas clínicos de enfermedad pulmonar subclínica (sin síntomas muy evidentes) como la poca capacidad del caballo para el ejercicio. El problema puede ser tan leve que el propietario no advierta ninguna anormalidad si no se estresa el sistema respiratorio. Hay que tener en cuenta que el nivel de trabajo influye directamente en la aparición de los síntomas. Un caballo de salto en pista, doma, completo o carreras puede ver perjudicado su rendimiento seriamente con sólo un mínimo de irritación en el sistema respiratorio, debido al hecho de que no recibe el nivel de oxígeno que necesita.
En algunas ocasiones, cuando un caballo no está estabulado en un box y vive en libertad en el prado, puede padecer inflamación en los alveolos pulmonares debido a reacciones alérgicas específicas, a polen u otros contaminantes presentes en el ambiente en el que vive. Estos casos son bastantes raros, y en general el caballo que vive en el prado tiene el sistema respiratorio mucho más sano que el del caballo estabulado.
Otro punto importante a tener en cuenta es la incidencia de patologías respiratorias cuando el caballo viaja, dado que la postura necesaria para que el caballo vaya atado en un remolque o en un camión también puede afectar a su sistema respiratorio. Efectivamente, esta postura es ya de por si antinatural, pues el cuello del caballo está diseñado para estar estirado hacia abajo, y favorecer la limpieza respiratoria y no hacia arriba en contra de la ley de la gravedad. Es importante que el caballo tenga suficiente grado de libertad para mover libremente su cabeza. Para entenderlo hay que saber que si el caballo está atado demasiado corto, con la tráquea hacia arriba, la saliva acaba en sus pulmones y terminará viajando a la clínica veterinaria en vez de al destino del concurso.
Por otra parte, el caballo debe estar atado en el camión para que pueda equilibrarse contra algo fijo en caso de una frenada inesperada. Por tanto, hemos de asumir un cierto grado de estrés hacia el sistema respiratorio cuando viajamos. La posición de viaje, incluso cuando el caballo está atado correctamente, la costumbre de proporcionar heno al caballo en una red justo encima de sus fosas nasales, no parar a descansar durante el viaje, y no ofrecer agua, suelen llevar ineludiblemente a una situación que garantiza que el caballo respire contaminantes de la carretera, polvo y partículas alergógenas continuamente, durante horas.
Algunas soluciones para evitar esto en los viajes pueden ser: disminuir el estrés con paradas frecuentes para que el caballo pueda descansar, atar al caballo con suficiente espacio para que pueda mover la cabeza, sacar al caballo del camión durante el viaje para que puede estirar el cuello y beber, proporcionar al caballo heno sólo a ratos y luego quitárselo, aumentar el espacio disponible para cada animal, mojar el heno o utilizar ensilado equino. Si no hay problema de presupuesto, se puede construir un camión con ventilación cerrada y aire acondicionado. Esto es “de rigueur” en los camiones diseñados para los jeques de Arabia Saudita, pero no es muy usual verlo en el sur de Europa.
Los síntomas más claros de irritación en las vías respiratorias son:
- Tos crónica
- Secreciones nasales
- Respiración fuerte, incluso cuando se trabaja poco
- Recuperación demasiado lenta después de trabajar
- Baja del rendimiento en general durante el recorrido, reprise o carrera
- Ruido al respirar
Científicos de todo el mundo están estudiando el papel que tiene el estrés oxidativo en el proceso de envejecimiento y también sus efectos en un gran número de enfermedades como el asma, fibrosis pulmonar, bronquitis, RAO, arterosclerosis, artritis y enfermedades del sistema renal.
El sistema respiratorio resulta muy afectado por los daños oxidativos que ocurren como resultado de la producción de “radicales libres” que provienen de procesos fisiológicos normales, como lesiones, enfermedades o porque el animal ha sido expuesto a ciertos irritantes en su ambiente, como alergógenos, radiación o contaminación.
La formación de radicales libres
Un radical libre es cualquier átomo o molécula capaz de existir independientemente, y que contiene uno o más electrones de más o de menos. Los radicales libres son inestables y buscan unirse a una molécula con un electrón de más para conseguir el electrón que les falta o una receptora si les sobra. Atraen a los electrones de moléculas de su alrededor o donan electrones a las moléculas cercanas según si están faltos o carentes de electrones, es decir cargados negativa o positivamente, y en algunos casos, causan un efecto en cadena que crea una serie de moléculas inestables.
La producción de radicales libres es normal en cualquier organismo con un metabolismo aeróbico. Si no se controla el número de radicales libres, pueden llegar a dañar todo tipo de células, alterando la estructura de la membrana y favoreciendo el proceso de inflamación.
Un buen manejo de cuadra y una dieta que incluya antioxidantes específicos puede mejorar de manera importante la capacidad de soportar el ejercicio y reducir la inflamación e irritación en las vías respiratorias. De esta forma, podremos mejorar la capacidad para el trabajo en un caballo de deporte, que podrá alcanzar una forma física más competitiva y tener más oportunidades de correr y ganar. Por lo tanto, merece la pena asegurar que las vías respiratorias del caballo estén en las mejores condiciones posibles.
El Manejo Correcto es Fundamental
Con un manejo correcto se pueden reducir de manera importante las alteraciones respiratorias, ya que cuanto menos se exponga el caballo a polvo y otras partículas, menos irritación pulmonar tendrá.
Esto quiere decir, que hay que organizar la cuadra de tal manera que la limpieza de los boxes y de los caballos se haga de forma que no aumente el nivel de polvo. O bien, que los caballos estén todos fuera cuando se lleven a cabo estos trabajos. Lo mejor cuando se limpia la cuadra, es soltar los caballos en el prado o aprovechar para montarlos. Si los caballos tienen que estar por fuerza dentro, cuando se limpian los boxes, hay que asegurar que no se levanta polvo cuando se quita la cama. Cuando se barren los pasillos, es necesario mojarlos primero, para que no se levante una nube de polvo, y también, por la misma causa se puede mojar ligeramente la viruta o cama nueva cuando se eche al box. Además la cuadra debe tener buena ventilación pero no debe haber corriente. Es mejor que esté abierta y que el caballo tenga más mantas que intentar que haga menos frío en la cuadra cerrando ventanas. Si hay prados, hay que usarlos. En general, cuanto más tiempo esté el caballo en el prado, mejor para su sistema respiratorio.
Es muy importante elegir producciones de forraje que tengan poco polvo y nada de moho. Otro factor importante es que el almacén de heno, alfalfa, viruta o paja debe estar en un espacio que no esté directamente comunicado con la cuadra. Una buena distribución del espacio en la cuadra reduce el nivel de polvo en el ambiente y también sirve para reducir el riesgo de fuego. Es aconsejable alejar también el vertedero y el sitio donde se deja la viruta o cama sucia. De hecho, la legislación actual exige que el vertedero esté bien separado del almacén de alimentos. Este lugar debe tener un pavimento de hormigón y hay que vaciarlo a menudo para asegurar un ambiente limpio.
El sistema de limpieza de cuadra que se conoce como “cama continua” en el que solo se quitan las heces y la parte de la cama más mojada, perjudica seriamente al sistema respiratorio, por la cantidad de partículas y amoniaco que inhalan los caballos.
Se debe mojar el heno o alfalfa unos 30 minutos antes de proporcionarlo a los caballos. Con esto, las esporas que pueden existir en el forraje aumentan de tamaño y no entran profundamente en el sistema respiratorio, pero sin embargo, no se debe mojar el forraje más tiempo, porque perdería su nivel vitamínico. Si pasa tiempo antes de servirlo y no está mojado cuando lo comen los caballos, estos inhalarán las esporas hasta el fondo del pulmón de todas maneras. Además el caballo debe comer su heno del suelo para que alargue el cuello al máximo hacia abajo. Esto facilita que salga el exudado o moco respiratorio hacia el exterior por gravedad.
¿Qué Papel Tiene la Dieta?
Las últimas investigaciones demuestran que un buen manejo y una dieta con antioxidantes protegen las vías respiratorias y pueden mejorar el rendimiento del caballo de deporte.
Los científicos creen que la nutrición que recibe el caballo tiene un papel importante para apoyar un sistema respiratorio saludable. La cantidad, tipo y equilibrio de los nutrientes pueden ayudar en la formación y regeneración de los tejidos dañados en los pulmones.
Hay varios estudios que demuestran que un conjunto de antioxidantes puede ayudar a aumentar las defensas del caballo más que un solo tipo de antioxidante. También está probado que si se proporcionan antioxidantes que no están correctamente equilibrados, se puede perjudicar la efectividad del suplemento. La vieja idea de que “cuanto más mejor” ya no está ni mucho menos aceptada como una filosofía correcta para decidir los suplementos necesarios. Si se proporcionan vitaminas o antioxidantes en cantidades excesivas, se puede perjudicar al caballo en vez de curarlo.
Hay que tener muy en cuenta la “bio-disponibilidad” de las fuentes de los nutrientes. Por ejemplo, hay tipos de vitamina E que cuestan 10 veces más que otros tipos de la misma vitamina E, por el simple hecho de que su absorción es mucho mayor.
El caballo produce ácido ascórbico por si mismo, pero si hay un bajo nivel debido a estrés o enfermedad, su producción puede ser inadecuada. Los laboratorios Waltham en conjunto con el Animal Health Trust de Inglaterra ha producido los primeros estudios que demuestran que varias fuentes de vitamina C aumentan de forma efectiva el nivel de ésta en el exudado o moco existente en el interior del pulmón, lo cual protege al aparato respiratorio. Esta investigación sugiere que el uso de un suplemento específico puede mejorar el sistema pulmonar si los antioxidantes son absorbidos con eficacia y están equilibrados.
Para formular una dieta correcta es importante tener en cuenta el conjunto y la calidad de lo que recibe el caballo. La suma de los nutrientes proporcionados por el forraje, el pienso y cualquier otro suplemento que reciba, es primordial para poder ajustar los niveles vitamínicos y asegurar que son niveles apropiados según sus necesidades.
Una dieta correcta y un buen manejo de cuadra reducirán el número de partículas que inhala el caballo y por tanto la irritación del sistema respiratorio. Pero, incluso utilizando las mejores prácticas, no se pueden eliminar por completo todos los irritantes del entorno del caballo. En cuanto un caballo padezca alguna enfermedad en el sistema respiratorio, habrá que consultar al veterinario para asegurarnos de que el caballo reciba todos los cuidados necesarios.
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