
La mayoría de las razas importantes de caballos, disponen desde hace bastantes años de las curvas de crecimiento correspondientes a sus potros de entre 0 a 24 meses. Tener acceso a la información sobre el peso medio, la altura y cuánto peso debe ganar el potro a diario nos permite maximizar el tamaño del potro y comparar su desarrollo con la media marcada.
Dado el deseo patente de los ganaderos en producir un PRE de calidad, que pueda funcionar como caballo de deporte, es primordial maximizar el tamaño de los potros, al mismo tiempo que necesariamente, asegurarnos su integridad ósea.
Si el ganadero del PRE quiere asegurar un tamaño máximo en el caballo adulto, es inevitable que empuje el crecimiento cuando el potro está en sus primeros dos años de vida. Nuestros ganaderos no son los únicos, esto mismo ÂÂ pasa en todas las razas. El caballo grande se vende mejor y se presta a más actividades que el caballo pequeño. El dilema al que nos enfrentamos, es que sabemos, ¡sin lugar a duda!, que cuanto más empujamos el crecimiento de los potros, más riesgo corremos de causar problemas de crecimiento como el OCD o epifitis.
El ganadero tiene pues, que andar haciendo equilibrios en una línea muy fina, consistente en asegurar que sus yeguas y potros comen lo que necesitan para que el potro llegue al máximo tamaño, sin aumentar desmesuradamente el riesgo de padecer problemas óseos. El caballo cojo o el que simplemente no pase la inspección veterinaria de compra, por muy grande y guapo que sea, no se podrá vender bien.
Las curvas de crecimiento son una herramienta imprescindible ÂÂ para que el ganadero pueda tener más información de cómo está haciendo crecer sus potros. Hasta la fecha, no estaban calculadas las curvas de crecimiento para el caballo PRE. Había muchos datos recogidos, pero, como pasa en muchas ocasiones, era casi imposible traspasar los datos a un medio informatizado que permitiera una comparación fácil con los potros que crecen en nuestras fincas.
En un estudio realizado entre ÂÂ principios de 2006 y agosto de 2009, Horse1 – Centro de Nutrición Equina, en conjunto con la Universidad Complutense de Madrid y la Universidad de Glasgow recogió los datos de altura, peso real con báscula y estado de carnes de 361 potros PRE en 13 fincas, realizando más de 1700 mediciones de altura, peso y estado de carnes en estos potros.
Aplicando las mismas pautas marcadas a nivel internacional para trazar las curvas de otras razas, y trabajando en conjunto con Kentucky Equine Research, líder en cálculo de curvas de crecimiento,ÂÂ se calcularon las curvas de crecimiento para el PRE, tanto con respecto a la altura a la cruz como con respecto al peso. Para trazar dichas curvas, se utilizaron lógicamente los datos recogidos durante los tres años arriba mencionados. Seguramente esta información será susceptible de algún pequeño ajuste en el futuro, ÂÂ pero es un comienzo muy serio.
Si un ganadero quiere comparar los datos de crecimiento de sus potros con la media actual, solo tiene que proporcionar los datos de sus potros a Horse1 quien se compromete a proporcionar la comparación en tiempo real. Si no tiene manera de pesar sus potros, podrá por lo menos, utilizar las curvas de altura. Desde la primera medición, ya podremos tener una idea de cómo está el potro, pero si ligamos varios meses, ÂÂ tendremos una información real sobre cómo está creciendo ese potro, en comparación con la media de lo que crecen sus hermanos de raza.
La Raza PRE está cambiando
Los caballos PRE son ya participantes habituales en prestigiosos concursos nacionales e internacionales de enganche y doma clásica. El cliente del moderno PRE es el jinete. Y el jinete quiere un caballo grande y sólido que llegue a la alta competición. ¡Ah! Y para llegar a la alta competición, el caballo tiene que ser capaz de aguantar muchísimo trabajo.
La presente infraestructura de concursos para caballos jóvenes nos está dando un medio adecuado para preparar los animales. La profesionalización de los jinetes en España, a través de los cursos oficiales, ofrecidos ya en numerosos escuelas regionales, nos proporciona suficientes personas para montar estos caballos en competición.- ¿Se tienen que pulir y mejorar los sistemas de preparación? - ¡Por supuesto! Pero ya existe lo que antes no existía. Y con un mayor número de participación del PRE en competición, hay más demanda de este, como caballo de deporte.
¿Cómo se produce un caballo para una olimpiada?
Para que tengamos una idea de la cantidad de trabajo necesario para llegar a la alta competición, analizaremos cómo fue la planificación de concursos en que tomaron parte los caballos en el año 2000 para preparar la participación en la Olimpiada de Sídney.
Los caballos que compitieron en los Juegos Olímpicos de Sídney tuvieron que participar unos 25 fines de semana en competiciones de nivel internacional. Empezaron con un par de concursitos locales en sus respectivos lugares, se fueron después a la Ruta de Sol en Montenmedio donde pasaron un mes de competición internacional, entonces, tuvieren un descanso corto antes de salir hacia Alemania, donde estuvieron concursando hasta tener que meterse en la cuarentena para salir en avión hacia Sídney.
No estaban tranquilos en su casa, sino que estaban ¡Por ahí!, en cuadras desconocidas, haciendo miles de kilómetros en camión, en contacto con montones de otros caballos. No siempre llegan los mejores caballos a los más altos niveles de competición, sino que, suelen llegar los caballos (por supuesto con mucho talento) que mejor pueden aguantar el constante estrés físico y psicológico que es la realidad de la alta competición. Estos caballos, en contraprestación, reciben todos los cuidados posibles, son mimados y altamente entrenados. Pero, desde luego, son duros ¡Muy duros!
Los caballos en una Olimpiada son ya adultos, la mayoría entre 10 y 15 años de edad. Están ya absolutamente en la cima. Para llegar a ese nivel, tuvieron que entrenar y concursar desde los 4 años, primero en pruebas para caballos jóvenes y, normalmente, entraron en la competición internacional con 6 años. Estos caballos trabajaron más de 300 días cada año y tuvieron que participar en muchísimas competiciones, para tener la experiencia necesaria para enfrentar una Olimpiada. Una lesión, incluso leve, les aparta del trabajo diario y de la competición, resta las horas que necesitan para llegar a la plena forma y por tanto los aleja de la cima.
¿Cuál es el papel del ganadero?
Sabemos que es complejo llegar a una olimpiada. La suerte tiene mucho que ver, por supuesto, pero la suerte no lo es todo. La integridad física del caballo es una de las claves para llegar a la cima. Si el caballo pierde días de entrenamiento y competición durante su preparación, es imposible llegar. Y de aquí, se deduce lo que tiene que hacer el ganadero.
Aunque las cojeras pueden surgir por muchas causas, parece que hay caballos “con suerte” que tienen mejores articulaciones y huesos que otros. Sus tendones y ligamentos parecen aguantar más trabajo que los demás caballos. El trabajo para ganar forma física que le proporciona su jinete es obviamente de gran importancia pero estudios publicados desde hace 30 años nos aseguran que la formación ósea del potro empieza en el vientre de su madre y sigue durante sus primeros 24 meses de vida. ¡La base empieza ahí!
El potro nacerá con solo un 7% de su densidad ósea y terminará de desarrollarse cuando cumpla los 6 años. La mayor parte de su crecimiento es en su primer año de vida. Un potro nacerá pesando unos 55 kg. y con una altura de 95 cm. Ganará aproximadamente 1 Kg.ÂÂ diario durante sus primeros meses de vida. Si deja de crecer porque no recibe los nutrientes adecuados, puede que no llegue a su máxima altura. ÂÂ Por el contrario, si crece demasiado rápido, se puede ver perjudicada la calidad de sus huesos y articulaciones. “La solidez del caballo adulto está directamente relacionada con los primeros dos años de crecimiento”.
El caballo PRE está aumentando de tamaño
Analizando los datos oficiales publicados desde hace 50 años, se reporta un aumento importante en la altura media de los caballos. El estándar de la raza ha cambiado. Según los datos que tengamos en cuenta se observa un aumento en la altura a la cruz de entre 3% ÂÂ a 5%. Esto no parece excesivo, sin embargo, es de hecho un cambio drástico, y una raza que está experimentando el citado cambio, tendrá que tener mucho cuidado si quiere producir animales con un sistema esquelético sólido.
El manejo es tan importante como la genética
Sabemos, por estudios realizados en otras razas, que los problemas de crecimiento como el osteocondritis disecante (OCD) pasan (se heredan) desde el semental y/o la madre al potro de entre un 15% a un 30% de las veces. O sea, una madre o semental con OCD pueden pasar OCD al potro, pero en muchísimas ocasiones, el potro no tiene por qué padecer OCD. “La genética de sus padres no condena al potro a tener OCD”.
Incluso los potros que no tienen ningún antecedente de OCD en sus antepasados, pueden desarrollar OCD. Sabemos que la osteocondrosis y otros problemas de crecimiento surgen de factores múltiples. El manejo, la alimentación, la biomecánica…
Todo tiene que ver.
Reducir los Factores de Riesgo de OCD
Si pretendemos reducir el riesgo de aparición de patologías de desarrollo óseo de origen genético en las fincas, hay que afinar el manejo de las madres y los potros. Está probado que un manejo adecuado puede reducir el riesgo de padecer problemas de crecimiento.
Los factores que pueden influir en el riesgo de padecer problemas de crecimiento han sido identificados como:
- La nutrición de la madre gestante
- El nivel de actividad de la madre gestante
- El tamaño del potro al nacer
- La nutrición de la madre lactante
- El estado de carnes de la madre
- El estado de carnes del potro
- El tamaño y tipo de pastos de la finca
- La nutrición del potro
- El proceso de destete
Hay que analizar los manejos en la yeguada para asegurar que no nos estemos olvidando de algún detalle crucial que pueda afectar al desarrollo de los potros.
Como se pueden utilizar las curvas de crecimiento
Si comparamos la curva de crecimiento del potro con la media de la raza, tendremos una idea del tamaño que el potro tendrá de adulto, se podrá determinar si hay una variación importante de pérdida o ganancia de peso que pueda afectar a su desarrollo, se podrá saber si su madre está produciendo suficiente leche o si debemos ajustar el manejo del animal.
Si se hace el seguimiento de los potros en una finca durante varios años, tendremos además la ventaja de poder saber el tamaño medio de los potros producidos en dicha finca en particular. Y en potros enfermos y huérfanos, podremos hacer un seguimiento de su recuperación y saber si están absorbiendo correctamente los nutrientes que reciben de los alimentos.
Por un lado, es un hecho que, queramos o no, estamos empujando el crecimiento, así que por otro lado, tendremos que asegurar que los aportes de nutrientes sean absolutamente equilibrados y el manejo de la yeguada de lo más coherente. Si no… Terminaremos con un caballo que efectivamente será más grande, pero que su estado óseo y sus articulaciones no aguantarán el trabajo diario necesario para llegar a la cima.
Y además tenemos que hacer todo esto en un clima económico de lo más apretado.
¡No pedimos casi nada!
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