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Los Pastos

Los Pastos

Aunque parezca increíble, el pasto es una fuente de forraje que no es correctamente utilizada en general. No hay que olvidar que el pastoreo libre para los caballos es con diferencia la forma de ingerir forraje más natural. Los propietarios de caballos a menudo pierden de vista el hecho de que unos pastos bien cuidados con un número mínimo de caballos por hectárea, proporciona la nutrición adecuada para la mayor parte ellos.

Un manejo correcto es cuestión de tener los conocimientos apropiados, y a partir de aquí, introducir pequeñas variaciones según la naturaleza del pasto. Es imprescindible eliminar las malas hierbas y controlar los insectos. Hay que optimizar la fertilización, el sembrado y controlar el tiempo de pastoreo de los caballos cuando las plantas son inmaduras y más fuertes, para conseguir un uso eficiente de los pastos. A la inversa, los pastos con un manejo incorrecto proporcionan poca o ninguna nutrición a los caballos, pueden causar problemas serios como laminitas o problemas de crecimiento en el potro y además los pastos suelen estar en lugares ideales para la propagación interna de parásitos.

¿Qué cantidad de pasto y para cuántos caballos?

El nivel de carga ganadera se define como el número de caballos que pastan en una unidad de tierra en un tiempo específico. Si se aprovechan al máximo los pastos optimizando el nivel de carga ganadera, se pueden reducir los gastos en forraje. El nivel de carga ganadera aconsejable, depende de numerosos factores, como el modo de pastar, el nivel de manejo del pasto, las especies de forraje, las estaciones y las condiciones meteorológicas. Antes de considerar los factores específicos que dictan el nivel de carga ganadera, se debe tener en cuenta el modo de pastar de los caballos, ya que son notoriamente destructivos con los pastos. De hecho, son mucho más implacables sobre praderas que las vacas, por ejemplo, ya que los caballos son animales de pastoreo selectivo y prefieren arrancar la vegetación corta e inmadura. En las regiones áridas, los caballos pueden desenraizar el campo completamente. Además, los caballos herrados producen más daño a los forrajes que los caballos sin herrar.

El manejo del pasto es un elemento crucial en la determinación del nivel de carga ganadera. Los pastos pequeños pero bien mantenidos, proporcionan todo el alimento y nutrientes necesarios para algunos caballos, mientras las áreas de pasto no fertilizadas, con hierbajos o liquidadas por el pastoreo excesivo, no proporcionan un nivel nutricional apropiado, no importa cual sea su extensión. El pastoreo excesivo termina liquidando el área de pastoreo. Además, cuando desaparece el pasto, aumenta de manera notable el polvo y calor en verano y termina afectando la salud del caballo.

Los caballos deben empezar a pastar la hierba cuando ésta tiene una altura de entre 10 a 15 centímetros y parar cuando merme a 5 centímetros . Si se incluye una leguminosa en el pasto, los caballos deben empezar a pastar cuando la producción de la hoja es máxima, pero la floración aún no ha comenzado. No hay que olvidar que las hojas tienen más nutrientes que otras partes de la planta, así que cuando comienza la floración de las plantas éstas pierden el buen sabor y los caballos probablemente buscarán otras plantas más jóvenes para alimentarse.

Por todo lo anterior, es importante que de vez en cuando los pastos descansen para que se recuperen, se reestablezcan las hojas y eliminen la carga de parásitos. Además, segar es un componente esencial en el manejo del pasto ya que reduce la cantidad de maleza y ayuda a mantener un pasto de alta calidad. Sin duda, lo más importante es llevar a cabo una selección cuidadosa de los tipos de plantas a incluir en el pasto adecuado para cada región, en particular según el pH de la tierra y el agua que puede recibir por lluvia o riego. Lo más acertado es la combinación de plantas y un pequeño porcentaje de leguminosas, ya que esto proporcionará un nivel de nutrientes específicos para el caballo y también unas producciones altas de forraje que aguantarán bien los rigores de las diferentes épocas del año y aumentarán la variedad de alimentos en la dieta del caballo.

Es muy popular la mezcla de semillas simples de dos o tres hierbas (pasto azul de Kentucky, festuca, ryegrass italiano o inglés, pasto ovillo, bromo, etc.) y un forraje de leguminosas (alfalfa o trébol). Las plantas de pasto menos agresivas son las que tienen períodos de crecimiento cortos o con un nivel de carga ganadera limitado.

La época del año y las condiciones meteorológicas afectan directamente al nivel de carga ganadera. De esta manera, en temporadas de alta producción así como también durante el alto crecimiento que se produce en primavera, habrá un mayor número de caballos que se beneficien del forraje. Sin embargo, con los cambios estacionales, la producción de forraje puede decaer, reduciendo así el nivel de carga ganadera del pasto en cuestión. En muchas regiones, el crecimiento de la planta es mínimo o no existente durante el invierno o el verano. Si el crecimiento de la planta es lento o se detiene, disminuirá el nivel de carga ganadera y los pastos aportarán muy poco a las dietas de los caballos.

El nivel de carga ganadera en los pastos cuidados correctamente en climas templados que reciben suficiente agua es de aproximadamente 1 hectárea por caballo. Sin embargo, el nivel de carga ganadera fluctúa dependiendo de otros factores. Con la puesta en práctica de un manejo riguroso, los pastos pueden proporcionar una nutrición de gran calidad a los caballos durante todo el año.

Contenido nutritivo del pasto

Si un caballo necesita una dieta de mantenimiento y trabaja poco, es posible que no le haga falta nada más que un suministro correcto de pasto. Todos los nutrientes estarán incluidos en él. Sin embargo, para una yegua gestante o lactante, ningún pasto, por bueno que sea, tiene los niveles de micro-minerales, especialmente cobre y zinc, recomendados hoy en día para evitar problemas de crecimiento en el potro como el OCD. Puede que el prado proporcione suficiente energía y las yeguas puedan mantener un peso adecuado. Pero es recomendable subir el nivel de vitaminas y minerales que reciben, especialmente a partir del 5º mes de gestación. El pasto tampoco incluye suficientes nutrientes para un potro en crecimiento (hasta las 2 años) o un caballo en trabajo medio a fuerte, así que también hace falta añadir los nutrientes que faltan.

Enfermedades del pasto

La Laminitis

Hay algo extraño en la afirmación de que el pasto puede hacer enfermar a los caballos, ya que el hecho de que los caballos pasten sueltos en la vegetación es algo natural. Sin embargo, los pastos pueden tener algo que ver con varias enfermedades comunes en el caballo. La laminitis es una de las enfermedades más comunes que puede ser causada por un pasto demasiado rico. Esta enfermedad puede ocurrir si se suelta un caballo en un pasto sin acostumbrarlo primero a la variación en su alimentación. También son comunes los casos de laminitis causados por un alto nivel de fructanos producidos cuando los pastos están en crecimiento en primavera o en otoño. Los ponis tienden a ser muy propensos a este tipo de laminitis pero cualquier caballo puede caer si las condiciones son apropiadas. Lo mejor es reducir el riesgo de laminitis controlando el tiempo que el caballo puede ingerir pasto o utilizando un bozal mientras el caballo está suelto durante los épocas de crecimiento fuerte de la hierba. Si sospecha que el caballo puede padecer de laminitis, debe llamar a su veterinario inmediatamente.

La Enfermedad del Pasto Equino

La Enfermedad del Pasto Equino es una enfermedad misteriosa y que a menudo ocasiona alta mortalidad entre los caballos jóvenes y sanos que pastan. La mayor parte de los casos han ocurrido en Inglaterra, pero la Enfermedad del Pasto Equino también ha estado presente en Europa y Sudamérica. Es poco frecuente en España. Los primeros signos clínicos se parecen a los de un cólico suave. Cuando la enfermedad se desarrolla, los caballos muestran una sudoración desigual, pequeños temblores en los músculos, velocidad elevada del corazón, dificultad para tragar y poca o ninguna motilidad intestinal. Los casos más graves de la enfermedad casi siempre provocan la muerte del caballo de uno a cinco días después de la aparición de los signos. Los caballos que contraen la Enfermedad del Pasto Equino con carácter leve pueden sobrevivir durante unas semanas, mostrando una pérdida de peso progresiva, antes de ser abatidos por la enfermedad. En menor medida existe un tipo crónico de la enfermedad, que se caracteriza por los mismos signos, pero puede ser tratado con cuidado veterinario intensivo. Algunos caballos consiguen sobrevivir a la Enfermedad del Pasto Equino de tipo crónico pero por lo general pierden mucho peso.

Los estudios más recientes han confirmado que existe un claro vínculo entre la Enfermedad del Pasto Equino y la bacteria Clostridium Botulinum de tipo C, siendo los caballos con niveles bajos de anticuerpos C los más afectados por el Botulinum tipo C y sus toxinas. Sin embargo, la bacteria Botulinum se encuentra bastante difundida y por lo tanto llega hasta el caballo que pasta habitualmente. Aunque los estudios han avanzado con el tiempo, todavía existe la pregunta de por qué algunos caballos desarrollan la Enfermedad del Pasto Equino mientras otros no lo hacen.

Las Bellotas

Desgraciadamente, las bellotas son tóxicas para los caballos. En general deberíamos evitar que las ingieran si es posible. Partiendo de la base de que la encina está protegida y es infactible cortar el árbol que esté dentro del pasto, deberíamos intentar que los caballos coman las menos bellotas posibles. Lo mejor es poner el pasto en un sitio donde no haya encinas o rodear la encina con un cercado para evitar que los caballos tengan acceso a las bellotas. A la mayoría de los caballos no les gustan las bellotas y sólo las comen si hay muchas, si están aburridos o si no tienen suficiente forraje. Hay siempre algunos individuos que rompen la norma y comen bellotas como si fuesen un manjar. La mejor manera de evitar la ingesta de bellotas cuando hay encinas en el prado es asegurar que los caballos tengan suficiente forraje para que estén entretenidos.

Plantas con alto contenido en oxalatos

Las plantas que contienen oxalatos son tóxicas para el caballo, porque acumulan calcio en el sistema gastrointestinal del caballo, impidiendo así su respuesta en el flujo sanguíneo y su empleo subsiguiente en todas partes del cuerpo. Cuando los niveles de calcio en sangre disminuyen, las hormonas inician la resorción de calcio en el esqueleto. Esta reasignación de calcio permite a los sistemas muscular y nervioso funcionar libremente.

Los oxalatos son lo más perjudicial para los potros destetados, potros de un año de edad y yeguas lactantes, debido a las exigencias sustanciales de calcio de estos caballos. Además, estos caballos por lo general necesitan bastante más alimento que sus semejantes adultos sedentarios, por lo que la cantidad de oxalatos ingerida probablemente será mayor. Es imposible que los caballos tengan un crecimiento esquelético adecuado con deficiencia de calcio. Asimismo, las yeguas lactantes que se alimentan con forrajes con altos niveles de oxalatos, producirán una leche deficiente en calcio para sus potros, lo que contribuye a desarrollar problemas ortopédicos en el desarrollo.

Por lo tanto, se debe intentar reducir en el pasto, el número de plantas que contengan oxalatos. Lo más aconsejable es llamar a un agrónomo especialista que identifique las hierbas del pasto y si aún así no puede evitarse el consumo de plantas con oxalatos, lo mejor es llamar a un veterinario equino o especialista en nutrición que haga una evaluación de la ración del caballo.

La Festuca

La festuca arundinácea o festuca alta es una forrajera perenne adaptada a una gran cantidad de ambientes. Sus principales características son: tolerancia a la sequía y al calor, a los insectos, a suelos orgánicos y suelos salinos, así como al pastoreo intenso. En Norteamérica y en otras partes del mundo como Nueva Zelanda y Australia disfrutan de las numerosas ventajas que ofrece la festuca. Sin embargo, no todo son ventajas, ya que el 75 % del total de festuca se infecta por un hongo endofítico específico, llamado Acremonium Coenophialum, produciendo festucosis en los caballos

Este hongo endofítico , es un microorganismo que se desarrolla en los tejidos de la planta, proporcionando beneficios a ésta. El hongo produce alcaloides, y estos alcaloides protegen a la planta contra ciertas amenazas naturales como los insectos y los nemátodos. Además, las plantas resisten mejor las condiciones adversas y son más vigorosas.

Ahora bien, la festuca infectada causa en las yeguas gestantes muchos problemas, llamados en conjunto toxicidad de la festuca, como gestación prolongada (de 13 a 14 meses), dificultades en el parto, placentas que se hacen más densas y una disminución o ausencia completa de leche. En España, los ganaderos no están muy al tanto de los peligros que corren las yeguas gestantes cuando pastan en festuca infectada.

Una técnica de manejo efectiva es apartar a las yeguas de la festuca infectada unos 90 días antes de que den a luz. Existen nuevas variedades de festuca no contaminadas por este hongo, lo que tranquiliza a los cuidadores, sin embargo son más susceptibles a las condiciones adversas y más difíciles de mantener. En este momento en España, simplemente se ignora este peligro y se diagnostica como “mala suerte” si surge el problema.

El manejo de los pastos

En Irlanda, muchos propietarios de caballos y algunos veterinarios creen que el pasto viejo que perdura con un uso mínimo de fertilizantes artificiales, es el más apropiado para los caballos y el de menor probabilidad de producir laminitis y cólicos en el caballo. Sin embargo, el valor nutricional para los caballos de un pasto bien manejado y fertilizado es muy superior al de un pasto mal fertilizado. Hoy, muchos propietarios de caballos con experiencia aquí y en el extranjero aplican fertilizantes a medida de los resultados de las pruebas del suelo y del pasto.

Por lo tanto, se deben aplicar fertilizantes y cal de acuerdo a las pruebas del suelo para asegurar que se mantiene una fertilidad adecuada. Donde las leguminosas constituyan menos del 25% del pasto, se debería aplicar un fertilizante de nitrógeno para obtener la máxima producción. La utilización puntual de nitrógeno aumenta la producción de pastos durante algunas estaciones concretas. Una máxima preparación a finales de invierno o a principios de primavera, justo antes de que comience el crecimiento de las plantas, aumentará el crecimiento de modo que el pasto pueda comenzar a pastarse aproximadamente dos semanas después de la aplicación de nitrógeno. Las aplicaciones adicionales pueden hacerse durante el resto de la estación. El mejor momento de aplicar nitrógeno es por lo general después de un período de pasto o corte. El uso del fertilizante de nitrógeno a finales del verano estimula el crecimiento en otoño y aumenta el pasto en otoño e invierno.

La cantidad total de nitrógeno utilizada debería aumentarse cuando sea necesaria una mayor producción de hierba. Por lo general, las aplicaciones anuales totales deberían ser como máximo de 180 Kg . de nitrógeno por hectárea. Una aplicación que sea de más de 90 Kg . por hectárea, debería dividirse y aplicarse en las diferentes estaciones como hemos indicado anteriormente.

Los pastos, al igual que los caballos, necesitan una dieta equilibrada para que puedan lograr un crecimiento óptimo y un buen rendimiento. Lamentablemente, los pastos a menudo son abandonados hasta que comienzan a marchitarse o tienen poca o ninguna capacidad de perdurar. El objetivo de los veterinarios y especialistas en el caballo debería ser utilizar los pastos para conseguir la máxima cantidad de nutrientes y calorías, y así utilizar después un mínimo de otros productos como piensos o suplementos.

Si se quiere alcanzar un crecimiento óptimo y un buen funcionamiento de la planta, es esencial satisfacer las exigencias nutricionales del pH y el crecimiento de ésta. Los pastos con un promedio de pH de 6,5 (o entre 6,0 y 7,0) permitirán una utilización nutricional máxima para conseguir un crecimiento y producción de pasto óptimo. Lo correcto es fertilizar los pastos según las estaciones y demandas de rendimiento esperadas. Es necesario aplicar el fertilizante en base a los resultados de las pruebas de suelo, para maximizar así los potenciales del pasto. Unas aplicaciones de fertilizante divididas durante la temporada de pasto, impulsan un crecimiento inicial en primavera, un crecimiento regenerador en verano o otoño según la región y lo más importante, un refuerzo de la raíz en otoño y la subsiguiente protección en invierno.

Las Heces

Es importante llevar a cabo un manejo adecuado de las heces en los pastos para mantener una correcta salud de los caballos. Lo ideal es retirar las heces antes de que se acumulen, ya que puede atraer moscas, parásitos y agentes patógenos, aumentando el riesgo de hongos bucales y otros problemas relacionados con la salud, además de generar olores desagradables. Por ello, un prado pequeño puede requerir una limpieza semanal.

Las heces deben ser extendidas uniformemente sobre una tierra apropiada para cultivos e incorporarlas así al suelo para maximizar sus beneficios nutricionales en las cosechas y reducir al mínimo la contaminación de olor. Sin embargo, algunos propietarios de caballos no tienen tierra suficiente, produciéndose una sobre-aplicación que crea un riesgo de contaminación. Si esto ocurre, se puede minimizar la acumulación de abono y los gastos del manejo del abono a través de la rotación de los caballos que están pastando. Si se utiliza heces mezclados con cama como la viruta, hay que averiguar si la madera ha sido tratada con algún químico que puede perjudicar la tierra.

Las heces del caballo son una fuente nutricional excelente para los pastos y otros cultivos de campo cuando son correctamente aplicadas, tanto en el tiempo óptimo, como en las cantidades correctas. El abono de caballo contiene nitrógeno, fósforo, potasio, azufre y micro-nutrientes y es alto en materia orgánica. El uso apropiado de los nutrientes del abono ayuda a reducir la necesidad de utilizar fertilizantes costosos como suplemento. La materia orgánica proporcionada por el abono, mejora la estructura del suelo y el agua y su capacidad para retener los nutrientes, así como también reduce la sensibilidad del suelo a la erosión. Por lo tanto, la calidad del suelo por lo general mejora con el uso del abono.

Si se produce una sobre-aplicación del abono en los campos, el nitrógeno en forma de nitrato puede moverse en el suelo y tarde o temprano en aguas subterráneas. Y así pues, el consumo de agua con altos niveles de nitrato puede reducir la capacidad de la sangre de transportar oxígeno ( metahemoglobinemia ). El consumo de nitrato también ha sido relacionado con el cáncer.

No se debe fertilizar con heces de caballos en los siguientes casos:

•  Sobre suelos con una alta capa freática (nivel hidrostático) y llanuras inundables

•  Vías fluviales cubiertas de hierba

•  Sobre suelos congelados con cuestas mayores del 15 %

•  Cerca de conductos directos de aguas subterráneas (manantiales, canteras, etc.).

Las heces de los caballos son densas y no permiten la respiración de las plantas que se encuentran por debajo de ellas. Para maximizar la producción de pasto, lo ideal es esparcir uniformemente las heces.

No todos los nutrientes de las heces son aprovechables para las plantas. Por ejemplo, el porcentaje total de nitrógeno disponible así como también la composición química del abono, están implicadas en la forma de aplicar y manejar el abono. Para las heces del caballo, el rango de disponibilidad típico del nitrógeno del 35 % del total ocurre si el abono se extiende y se deja sobre la superficie del suelo, del 60 % si el abono se extiende y se introduce dentro del suelo antes de que pasen 24 horas. Las disponibilidades de fósforo de fosfato (P2O5) y de potasio de la potasa (K2O) comúnmente se sitúan en el 80 % y el 90 % del total, respectivamente.

Medir el tiempo de aplicación del abono también es muy importante. Lo ideal es extender el abono en primavera, ya que le proporciona nutrientes para la próxima estación de cultivo. Otra alternativa consiste en extender el abono durante el otoño. Evite aplicar abono durante el invierno, ya que de esta manera es sumamente susceptible al movimiento si llueve.

El pasto, correctamente manejado y con terreno suficiente para todos los caballos o bien con un control sobre el tiempo en que se les permite pastar, puede contribuir al éxito del proyecto de la explotación, además de reducir el gasto necesario en otros productos nutritivos. Mal llevado, el pasto puede complicarnos con problemas de crecimiento en los potros, puede afectar a la carga de parásitos, la fertilidad y salud de los animales, y además dificultar la tarea de hacer unas raciones correctas.

Escrito por:

Coby Bolger - H orse 1 - Centro de Nutrición Equina

www.HORSE1.es

Fuente de información:

Kentucky Equine Research, Inc. Equine Review 02-03

Waltham Equine Institute

Universidad de Michigan – Departamento de Forrajes

Virgina Polytec and State University , Blacksburg Virginia

Author: Coby BolgerWebsite: http://www.linkedin.com/pub/coby-bolger/1b/871/883Email: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Directora General Horse1 S.L.
About
Coby es nutricionista equina y jinete internacional de Concurso Completo de Equitación habiendo participado en numerosos concursos internacionales en toda Europa. Actualmente trabaja en la investigación y mejora de la nutrición equina e imparte clinics y clases sobre nutrición y entrenamiento.